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Morir en la puerta del hospital
 El autoproclamado gobierno progresista lleva un récord miserable en materia de personas que se mueren en la puerta de los hospitales o en trayecto hacia ellos por falta de asistencia.
Ahora ocurrió en el hospital de Las Piedras pero antes había pasado lo mismo en Durazno y en Tacuarembó. Madres a punto de parir o pacientes cardíacos –como fue el último caso– no son atendidos por falta de médicos, por desidia, o porque no hay ambulancias. Las explicaciones posteriores de las autoridades suelen ser las mismas, tratando de justificar lo injustificable, dado que los hospitales públicos no ofrecen la asistencia debida en momentos clave.
El cuadro es dramático y habla de la irresponsabilidad con que el Frente Amplio maneja los asuntos públicos: desidia, desorganización, falta de controles, corrupción, licitaciones arregladas de antemano, clientelismo, todo un desastre, mientras los pacientes graves no son atendidos y mueren a la puerta de los hospitales, como si fueran perros.
Los llamados progresistas tienen otros récords similares. ¿Se acuerda el lector cuando en una noche murieron, en Montevideo, cinco indigentes congelados, por falta de previsión de las autoridades?
Es necesario recordar estas tragedias provocadas por gobernantes irresponsables, en este tiempo cercano a las grandes decisiones electorales. |
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