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Orsi, Maduro y nuestro compatriota desaparecido en Venezuela
Desde hace poco más de un mes, la familia de Fabián Buglione no sabe nada de él. Fabián, un ciudadano uruguayo que reside en Estados Unidos, viajó a Venezuela en octubre con la intención de visitar a su novia, y desde entonces su paradero es un misterio. La Cancillería uruguaya ha intentado, sin éxito, obtener respuestas del régimen venezolano sobre su situación.
La preocupación de la Cancillería es válida, y el ministro Omar Paganini ha sido claro al describir la gravedad del caso: “Es una dictadura muy dura y es probable que la persona esté en una situación complicada”. Las palabras de Paganini resumen el drama que enfrenta la familia Buglione, así como la impotencia que genera la situación. Se habla de la posibilidad de que esté detenido en la cárcel de El Helicoide, un centro penitenciario conocido por ser la sede de torturas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Pero lo cierto es que, oficialmente, nada se sabe.
Este es el contexto que enfrentamos mientras algunos, en Uruguay, intentan relativizar la realidad de lo que sucede en Venezuela. Yamandú Orsi, el presidente electo, es uno de ellos. En más de una ocasión, Orsi ha evitado tomar una postura firme sobre el régimen de Maduro, atrapado entre su propio pragmatismo y el mandato de los sectores más radicales del frentismo, que defienden sin vacilaciones al dictador venezolano. Hace pocos meses, Orsi dijo que “estaban empujándolo” a invitar a Maduro a su asunción, si llegara a ser presidente. Pues bien, quizá podría aprovechar esa invitación para preguntarle al chavista por nuestro compatriota desaparecido.
Es indignante que, mientras un uruguayo está desaparecido en Venezuela, haya dirigentes del Frente Amplio que sigan sin condenar con firmeza lo que ocurre bajo el régimen de Maduro. La ambigüedad de Orsi no es solo un problema de falta de definición política; es un síntoma del control que los sectores más radicales ejercen sobre él y de la falta de compromiso del Frente Amplio con la defensa de los derechos humanos. Cuando la mitad de tu partido defiende a un régimen que desaparece personas y tortura opositores, es difícil hablar de democracia y derechos humanos con credibilidad... |
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