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No es el fin del mundo pero es el fin del porvenir
Por Elena Grauert
Las 18 razones por las que se debe decir que No la reforma de la Seguridad Social propuesta por el PIT-CNT.
La Constitución de la República es la norma con la mayor jerarquía jurídica. Podría definírsela como una convención a la cual todos los ciudadanos adherimos. En ella se establece la forma republicana de gobierno y los derechos más importantes, como los derechos a la vida, libertad, seguridad y propiedad, aspectos en que prácticamente permanece sin cambios desde 1830.
Lamentablemente,. la reforma constitucional que propone que un cambio al sistema de seguridad social se integre a la Constitución, es lo contrario al deber ser, una especie de “Frankenstein”. Ataca la propiedad y la seguridad, a tal punto que el gobierno, ante la amenaza del plebiscito de la seguridad social, pone un equipo a trabajar para estudiar la situación que podría verse enfrentado el país, si se aprobara la reforma.
Aprobarse, la reforma produciría daños en forma inmediata a la sostenibilidad fiscal y la propuesta de técnicos de todos los partidos sería subir impuestos y bajar gastos, lo cual atenta contra el futuro, con pérdidas de empleos, pérdidas en educación, pérdidas en seguridad, pérdidas en salud, ya que el país no va a tener recursos para invertir. Hoy ya la amenaza de la misma genera parálisis de inversión, suba del dólar, inestabilidad, caída del precio de bonos uruguayos.
El equilibrio entre la recaudación de tributos y el gasto público, va directamente atado al aumento del riesgo país. Si se pierde el equilibrio fiscal, si se aumenta la carga impositiva, las empresas se van, no invierten o cierran.
En un trabajo de febrero de 2024 mostraba la presión fiscal de Uruguay frente al resto de países de América Latina y Caribe en 2021. Del mismo surge claramente que tenemos dentro de América Latina el podio de presión fiscal en el entorno de un 35% del Producto. Y hacían la digresión: “en el caso de Uruguay, la mayor presión fiscal viene de las contribuciones a la seguridad social públicas que representan el 9% del PIB, seguido por el IVA que representa el 8% del PIB”. Ello demuestra la inviabilidad de la reforma, ya que bajar la edad de jubilación y equiparar la jubilación al salario mínimo nacional, porque necesariamente nos conduce a que suba la presión fiscal de la seguridad social y a tener que por la vía de ajuste (inflación o impuestos) bajar el salario mínimo nacional, ya que no hay forma que den las cuentas.
Además, no se puede dejar de tener en cuenta la presión tributaria que existe hoy en los salarios. Sin tener en cuenta pago de IVA, los aportes a la seguridad social, más el FONASA, suman 34% del salario nominal. Las empresas con IRAE más IRPF por distribución de dividendos, toma 40% de la utilidad neta. Ello demuestra la imposibilidad de aumentar la presión tributaria sin provocar huida de las empresas y pasarse a un sistema de irregularidad o trabajo en negro, para evitar el pago de impuestos. Basta mirar a la Argentina, donde la mayoría de las personas trabajan en negro, con todos los perjuicios sociales que ello acarrea.
Por tal motivo expondré una serie de motivos por los cuales no se debe apoyar la reformar a la seguridad social:
1. Es imposible fijar por la Constitución la edad de jubilación, petrificando la realidad de las cosas, negando el devenir del desarrollo humano, que hoy demuestra que las personas tienen más expectativa de vida y por ello acá y en todo el mundo se modificó tanto la edad de jubilación a más de 60 como los años de cotización.
Los promotores de la reforma pretenden establecer como edad jubilatoria mínima los 60 años, límite que se había establecido en una ley de 1925, cuando la expectativa de vida era de 50 años. Hoy la expectativa de vida está por encima de los 80 años, lo cual demuestra lo disparatado de la propuesta.
Por tales motivos demográficos, en Francia la edad se pasó de 62 a 65 con 42 años de cotización; en Alemania de 65 para 67; en España a 64 con 37 años y 9 meses de cotización; Inglaterra a 66; Canadá 65 años; México 65 años; Argentina y Brasil son de 65 los hombres y 60 las mujeres. En Uruguay será progresivo, hasta llegar a 65, pero con 30 años de cotización, lo cual es mucho más leve que cualquiera de los referidos en los países referidos, muchos de ellos tienen gobiernos socialistas o socialdemócratas.
2. Es imposible confiscar los bienes y derechos de los afiliados a las AFAPs sin tener que pagar los daños y perjuicios por la confiscación del dinero propiedad de las personas (22.000 millones de dólares). El fideicomiso previsto en la reforma claramente afecta el derecho a la disposición de esos bienes, endeudando al país exponencialmente.
Relación ese fideicomiso, no explica a dónde va al dinero de los ahorristas, no establece quiénes son los beneficiarios. Eso supuestamente lo determinará la ley que lo reglamente.
3. No es cierto que al principio vaya a haber más liquidez por el dinero de las AFAPs, dado que rápidamente se deberán implementar los aumentos previstos en la reforma, con la consecuente pérdida de empleos, desfinanciando el sistema.
Se dice que la reforma se financia con el dinero de las AFAPs, pero no es posible matemáticamente, ya que ese mismo dinero, si se usa para eso, la única forma es confiscando los ahorros sin contraprestación, dado que no es posible que el mismo dinero cubra el derecho de los ahorristas y se utilice al mismo tiempo para solventar la reforma, subiendo la jubilación mínima.
4. Es mentira cuando se dice que las cuentas de los trabajadores NO son cuentas de ahorro individual porque no pueden retirar. Las cuentas de ahorro tienen un destino específico, para un seguro de retiro, pero la cuenta está a nombre del trabajador, es heredable y se puede retirar bajo ciertas condiciones, como enfermedades graves del titular o sus beneficiarios, incapacidad permanente para todo trabajo, situación de desempleo de larga duración no cubierto por la seguridad social o lanzamiento de la finca habitada por el titular. Por tanto, si saliera la reforma, ninguno de esos beneficios se tendría por que las cuentas del BPS con sistema de solidaridad intergeneracional, no se heredan, no dejan beneficiarios de pensiones. No se puede jubilar como hoy de la AFAPs y continuar trabajando en su actividad (art. 6 ley 16.713 de 1995).
5. Tampoco tendrían el control de la cuenta, como hoy. Por el sistema propuesto todo va al aporte común perdiéndose el incentivo de ahorro individual. Implicando que muchos preferirán pasar al sistema de seguros privados, estableciendo sólo salarios mínimos y lo demás que se pague por fuera, como pasó antes de la reforma.
6. La reforma que pretende confiscar los ahorros propiedad de las personas, no prevé qué va a hacer cuando recaigan sobre el Estado uruguayo innumerables juicios por cifras multimillonarias (22.000 millones de dólares, las daños y perjuicios intereses, etc.), lo que pone en riesgo la viabilidad del país por el insostenible déficit y endeudamiento que ello implica, lo que paralizará el Estado en cuanto a proyectos de inversión, como la educación, la seguridad, las carreteras, la pobreza infantil.
7. Mentiroso manifestar que no se va a perder el grado inversor, cuando el mismo se ha adquirido por el orden y cuidado de las cuentas públicas. La ley que modificó el régimen de seguridad social, unas de las razones por la cual se mejoró el mismo. Si se deroga, se va a perder la posibilidad de pagar intereses menores por su deuda pública, y dedicar recursos a otras áreas prioritarias. Se va a encarecer el crédito, generándose una mayor presión fiscal que se licua con más inflación y disminución del salario real o impuestos.
8. El efecto dominó que genera la reforma va a afectar las cajas paraestatales (Bancaria, Notarial y Profesional). La notarial y la bancaria ya hicieron sus reformas, llevando la edad a los 65 años. Estas reformas caerían si se aprueba el plebiscito de seguridad social, provocando el quiebre o déficit importante de las mismas de inmediato, ya que también les afectar el crédito, lo cual acarrearía a la larga más de 1.000 millones de déficit al Estado y la eventualidad de más juicios.
9. Es imposible decir que se protege el trabajo de los jóvenes y la infancia, cuando se ataca directamente el futuro de los jóvenes encareciendo la producción, retrayendo la inversión, lo que significa menos trabajo, ya que la única forma de financiar tan perversa propuesta es haciendo que el país sea más caro, con más impuestos (más IVA, más IRPF, más caro los servicios luz, agua, teléfono o impuestos parafiscales).
10. Es imposible negar que lo que se defiende es el “statu quo” de las personas mayores, que son quienes están tienen menor índice de pobreza. Claramente se opta por una posición demagógica y conservadora de tratar de mantener una seguridad social que se cae a pedazos en contra de quienes la financian, que son los jóvenes. Pero además que a mediano plazo, generará jubilaciones más bajas.
Por otra parte es importante tener en cuenta los derechos consagrados por la actual reforma (que se pretende derogar), que también se perderán si se deroga:
11. Se mantiene el sistema de solidaridad intergeneracional y también el sistema de ahorro individual con las AFAPs.
12. No se bajan las jubilaciones sino lo contrario. Existe una mejora para las jubilaciones de menor monto, ya que las mismas podrán ser complementadas por el “suplemento solidario” que garantiza un nivel mínimo de ingreso, incluso en aquellos casos en que no existió contribución como pensionas a la vejez o invalidez.
13. Los trabajadores no aportan más. Se mantiene el actual sistema de aportes 15% del salario, que se puede distribuir entre sistema de solidaridad y AFAP, dependiendo el monto del salario.
14. El aumento la edad de retiro a los 65 años es gradual y comenzará a aplicarse a partir de los nacidos en 1973, quienes se jubilarían a partir de los 61 años; los nacidos en 1974 a partir de los 62 años y así sucesivamente hasta los nacidos a partir de 1977 con 65 años. Se mantiene en todos los casos el requerimiento de 30 años de servicio.
15. Se introduce un sistema que flexibiliza los requerimientos de edad y años de servicio. Efectivamente, se prevén combinaciones que permitan por cada año más de edad se reduzca la cantidad de años de servicios requeridos: 66 años de edad y 27 de servicios; 67 y 24; 68 y 21; 69 y 18, hasta llegar a 70 años y 15 de servicios.
16. Si es más larga la trayectoria laboral, la persona podrá jubilarse antes. Por ejemplo, si se cuenta con 38 años de trabajo formal podrán jubilarse con 63 años de edad y con 35 podrán hacerlo a los 64 años.
17. Se puede jubilarse y seguir trabajando. Hasta la reforma de 2023, los jubilados de BPS, industria y comercio, rural y domésticos, no podían desarrollar otra actividad si estaban jubilados; a partir del 1º de agosto de 2023, se puede; lo cual además de amparar a las personas en su libertad de trabajo, las ampara en sus derechos pudiendo tener empleos formales con protección, no como pasaba antes de la nueva ley, que trabajaban en negro, sin derechos dado que podían ser denunciados y perder todo.
18. El suplemento solidario tiene como objetivo garantizar un ingreso mínimo, evitando situaciones de pobreza en la vejez (se refiere a un ingreso mínimo y no a una jubilación mínima). De acuerdo a ello, a las personas se les considerarán todos los ingresos que obtienen (ya sean ingresos laborales o rentas del capital, por ejemplo, por tener una vivienda en alquiler, colocaciones financieras u otros) y se los complementará para alcanzar un ingreso mínimo.
Por tanto, los dichos del economista Oddone son un disparate, por que es evidente lo peligrosa que es la propuesta. Por un lado, Oddone dice que “Uruguay no puede enfrentar la reforma” y luego manifiesta “pero no es el fin del mundo”. Es de por sí una clara contradicción, ya de sus dichos queda claro que es malo para el futuro del país. Es un claro oxímoron que refleja falta de ética en la persecución del bien común. La falta de apego a la verdad no se justifica, ni por la campaña electoral, ni por ideología.
Es evidente la presión desde las tiendas frenteamplistas, el Partido Comunista y el Pit-Cnt, pero eso marca la ausencia de conductas republicanas, la demagogia de la izquierda de no perseguir el bien del prójimo y preferir la defensa de la corporación, de su dogma y de su poder.
Con estas actitudes de no jugarse en contra de un cambio que es muy malo para el país, indefendible como ha quedado demostrado, la izquierda claramente no está defendiendo ni a la de educación, ni de futuro, ni la erradicación de la pobreza infantil, ya que ataca directamente al trabajo de los jóvenes y el porvenir. |
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