Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

"Antisionistas"

Desde el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre del año pasado, ha habido una serie de incidentes que reflejan un antisemitismo creciente en el país. Desde pintadas en distintos barrios de la capital, pasando por innumerables agresiones verbales hacia la comunidad judía, hasta casos de acoso a estudiantes judíos en la Universidad de la República.

La gota que rebalsó el vaso se dio el pasado 8 de marzo, en ocasión del día internacional de la mujer, cuando un grupo de jóvenes integrantes de Our Voice, una entidad que se autodefine como feminista, desfiló por la Avenida 18 de Julio con un muñeco representando una cabeza monstruosa con la estrella de David, símbolo inequívocamente asociado al pueblo judío, atravesada por una lanza.

El jueves pasado, cinco de las mujeres implicadas en la creación y exhibición del muñeco en la marcha, fueron interrogadas por la fiscal Brenda Puppo después de una denuncia presentada por el Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU). Alegaron que su representación era una protesta artística contra el patriarcado y una crítica política al gobierno de Israel, en solidaridad con las víctimas en Gaza.

Las manifestantes argumentaron que, para ellas, la estrella de David no representaba al pueblo judío, sino al Estado de Israel. Asimismo, esgrimieron como defensa el concepto de "antisionismo", argumentando que no se trata de antisemitismo sino de oposición al Estado de Israel. Entrevistadas tras la audiencia, una de las indagadas dijo que "refirmaba" sus dichos: "Nunca antisemitas, siempre antisionistas...".

Lo que pocos dicen, y aquí reafirmamos, es que esa "moderna" corriente antisionista, que pretende negar el derecho del pueblo judío a existir como nación y a tener su propio Estado, no es más que una extensión del viejo antisemitismo, aunque algunos intenten disfrazarlo como un movimiento de solidaridad con el pueblo palestino.

La manipulación de la información es una herramienta clave en este juego de palabras. Se omite mencionar el contexto histórico y se tergiversan los hechos para ajustarlos a una narrativa conveniente. La realidad de Gaza, por ejemplo, es pintada con brocha gruesa, obviando detalles como el hecho de que Israel entregó este territorio en busca de la paz, solo para ser víctima de ataques terroristas desde allí. Se pasa por alto también el rechazo árabe a la existencia de un Estado judío en 1948, lo que desencadenó décadas de conflicto.

Pero lo más alarmante es la hipocresía de quienes se autoproclaman defensores de los derechos humanos y la justicia social. Al aliarse con movimientos antisionistas, están respaldando una agenda que no solo perpetúa el odio hacia una comunidad, sino que también guarda estrechos lazos con corrientes extremistas y reaccionarias. Es una contradicción flagrante: mientras predican la igualdad, se alinean con grupos que promueven la discriminación y la violencia.

En última instancia, el antisionismo, disfrazado de solidaridad con el pueblo palestino, no es más que una cortina de humo que oculta un odio profundo. Y aquellos que lo abrazan, bajo la bandera de la izquierda, deberían reflexionar sobre la verdadera naturaleza de sus alianzas...

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.