Edición Nº 1028 - Viernes 21 de marzo de 2025

Reunión de Guayaquil, el 26 de julio de 1823

Edición Nº 1000 - Viernes 26 de julio de 2024. Lectura: 5'

Por Daniel Torena

Los dos grandes Libertadores, los Generales Simón Bolívar y José de San Martín, se encontraban en el puerto de Guayaquil, actual Ecuador, para una gran reunión cumbre sobre el futuro de América.

Los dos Generales tenían visiones diferentes sobre el sistema político institucional o constitucional que sería sobre el futuro de los Estados Americanos, en especial en América del Sur, aunque Bolívar soñaba con un sistema continental que llegase a América Central y hasta México, si era posible.

México, en ese momento, era un Imperio, con un Emperador, Agustín I Iturbide, que abarcaba desde 1821 gran parte del suroeste de los Estados Unidos de América, actuales, todo México y toda América Central. Tenía más de 4.500.000 de kilómetros cuadrados.

Bolívar pensaba en una gran "Confederación de América", en especial del Sur, y si era posible integrar en el futuro a la región de América Central y México. Él no era partidario de la monarquía como forma de gobierno, sino de gobiernos dirigidos por las élites criollas que estaban o eran las preparadas para gobernar. Creía en una gran República, o dos o tres grandes repúblicas, pero no en el sistema de la democracia, por entender que nuestros pueblos no estaban preparados para gobernar, que por eso solo el llamado "patriciado criollo", o sea las élites de la sociedad del antiguo Imperio Colonial Español, estaban preparadas.

Simón Bolívar pertenecía a una muy rica e ilustre familia con hidalguía, con cuatro "escudos de Armas" de sus apellidos de la vieja "aristocracia criolla caraqueña". Era el hombre más rico de la actual Venezuela, con grandes plantaciones o estancias, además de minas. Se había casado con una marquesa española, vinculada también a ricas familias de la aristocracia criolla, que falleció muy joven.

Cuando se produjo la reunión de Guayaquil, Bolívar era el Generalísimo del Ejército de la Gran Colombia, Estado impulsado por él, creado en 1819, que abarcaba las actuales Repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Él era su Presidente, que lo será hasta su muerte en 1830.

Era un gran estado fuertemente centralizado, con un Senado Vitalicio nombrado por el Presidente de la Gran Colombia y una Corte Suprema o Supremo Tribunal de Justicia, también con Magistrados Vitalicios, todos elegidos dentro de las élites o patriciado de la antigua aristocracia criolla. Lo mismo que los mandos superiores del Ejército, fue en su mayoría tenían el mismo origen, salvo excepciones de mestizos que llegaron a ser Generales en Venezuela, por ejemplo.

Él admiraba a Napoleón Bonaparte como General, pero no como Emperador. Según sus palabras, estuvo en la ceremonia de la Coronación de Napoleón, en la gran Catedral de Notre Dame, el 2 de diciembre de 1804, invitado a la misma.

Bolívar además sostenía que el Imperio del Brasil, recientemente creado por miembros de la Familia Real Portuguesa, era con Don Pedro I, primer Emperador del Brasil, una amenaza a la soberanía y la independencia de los pueblos hispanoamericanos.

Bolívar veía con preocupación el dominio del mismo de la Provincia Oriental, como la amenaza al Río de la Plata. Además, asociaba al Imperio del Brasil a la Santa Alianza de las grandes Potencias Monárquicas de Europa, que estaban dispuestas a intervenir en América con fines imperiales colonialistas, apoyando por ejemplo a España en sus reclamos.

El General San Martín, que era el "Protector del Perú", además de su Generalísimo y Comandante en Jefe, gobernaba en el Perú con plenos poderes, casi como un monarca. Él era partidario de la monarquía parlamentaria o atemperada europea en algunos casos, como Perú.

San Martín sostenía que para Perú la monarquía era lo mejor y era lo que querían los patricios criollos de la aristocracia criolla de Lima. Incluso le ofrecieron la Corona a San Martín, que no la aceptó para sí, pero podía ser un Príncipe de una Casa Real de Europa.

Ambos Generales tenían visiones diferentes. Por esa causa, San Martín prefirió alejarse del poder, pese a tener todo el apoyo de los peruanos, que se quedaría como su Jefe de Estado y Comandante en Jefe Vitalicio o Regente Vitalicio del futuro Reino del Perú. Pero no quiso para evitar un posible enfrentamiento con Bolívar, que debilitaría a los Estados Hispanoamericanos frente a las Potencias Coloniales de España, con sus aliados de la Santa Alianza Europea, que también sospechaba del Imperio del Brasil y sus intenciones.

Por esa causa, resolvió renunciar al mando del poder político y militar supremo del Perú que tenía, aceptando el título honorífico de "Libertador del Perú", además de "Generalísimo de sus Ejércitos".

Bolívar, luego de la renuncia de San Martín, llegará al Perú, donde tendrá también todo el poder por varios años. En 1825 será el "Dictador del Perú", renunciando después y volviendo al final de su vida a la Gran Colombia, donde fallece siendo su Presidente en la Quinta de Santa Marta, sobre las costas del Caribe, el 17 de diciembre de 1830. Luego de su muerte, la Gran Colombia se separa en los Estados actuales de Venezuela primero, luego Ecuador y finalmente Panamá a principios del siglo XX.

San Martín falleció exiliado en Francia, el 17 de agosto de 1850. Nunca pudo volver al Río de la Plata, como era su sueño. Tuvo siempre una muy buena relación con Jefes y Caudillos Orientales, como por ejemplo su correspondencia con el General José Artigas y también con los Caudillos Lavalleja y Rivera, que lo atendieron y trataron muy bien cuando estuvo en Montevideo por última vez en 1829.

Bolívar expresó todas sus ideas en el Congreso de Panamá de 1826 sobre la Unión de la América Hispana en una gran Confederación de Estados, pero no logró sus objetivos. Tenía clara una visión estratégica de la necesidad de una alianza continental ante el peligro de los Imperios Coloniales, como de una futura expansión de los Estados Unidos. Era partidario de una alianza estratégica comercial con Inglaterra, con la que tenía fuertes vínculos, y los Países Bajos, para impulsar el comercio de ultramar.



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