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Increíbles: la actitud y la tesis
Por Julio María Sanguinetti
El episodio de la Ministra de Vivienda Cecilia Cairo culminó con su renuncia, pero sigue provocando comentarios y necesarias reflexiones. Ella había insistido una y otra vez que no renunciaría porque no creía haber cometido ningún delito, pero finalmente lo hizo luego de una conversación con el Presidente, cuando ya no pudo ignorar la tormenta que había desatado.
Más allá de la persona, que, como ya hemos dicho, nos resulta simpática hasta por su vida novelesca, lo increíble son las tesis sostenidas por ella misma y el MPP, que va volviendo de a poco a sus antiguos reflejos tupamaros.
¿Alguien imagina que una persona que está “colgada” a la red eléctrica puede aceptar ser Presidente de UTE y cuando un periodista la denuncia, decir que ahora regularizará y seguirá en el cargo?
Esto fue lo que ocurrió. Una Ministra de Vivienda que no asumía ninguna obligación como propietaria de varias viviendas. Que hacía como que no debía contribución inmobiliaria y el sagrado impuesto de primaria y seguía construyendo en un predio al margen de todo.
No se trata de que tenía una deuda a regularizar. Es algo muchísimo más grave: nunca asumió, nunca reconoció la obligación legal. No se sentía obligada, porque según ella era “pobre”, pese a recibir los sueldos de su condición de parlamentaria y jerarca administrativa durante años.
El dilema es claro: o lo ignoraba y entonces no podía ser Ministra de Vivienda ni de nada, o bien lo sabía -como es notorio- y simplemente resolvió no pagar instalándose en una situación de ilegalidad absoluta, agravada por tratarse justamente de un tema de vivienda. Y ahí viene el tema. El gran tema.
Tanto ella como el MPP parecen volver a los tiempos en que se negaba la democracia por “burguesa”, en que bastaba invocar la pobreza y la injusticia para llevarse todo por delante, en que andar “con los pies en el barro” hace a alguien más ciudadano que otro.
Todo lo que en los últimos años ha hecho Mujica por aceptar la institucionalidad y amoldarse a los cánones de la democracia liberal, parece desvanecerse. Estamos retornando al origen y no nos queda muy claro si lo advierten. No convocan a las armas, pero sí a la ilegalidad.
El comunicado oficial del MPP es impresionante: “Porque los cargos son circunstanciales y esta organización se integra de trabajadores que militan donde la organización lo decida. Porque no creemos en la clase política y somos parte del pueblo representando al pueblo”.
¿Qué es esto de que no son “clase política”, de que son una organización con sus propias reglas? ¿Empezamos de nuevo con el desprecio a la política tradicional, tal cual es en las democracias? Por cierto, la dirigencia política no es una “clase” en el sentido sociológico de la expresión, pero cuando se la repudia al barrer es porque se está repudiando a la política, porque se está descreyendo en la organización propia de la vida democrática ¿Los demás partidos políticos no son también “parte del pueblo representando al pueblo”? ¿Los demás uruguayos no somos trabajadores y la diputada Cairo sí?
La ex Ministra de Vivienda llegó a decir que nunca pagó porque tenía “otras prioridades”. O sea que pagamos según nos parezca… Nosotros fijamos nuestras prioridades ignorando las leyes y las normas de convivencia propias de una organización democrática. Cualquier ciudadano que lo dijera llamaría la atención. En la boca de la propia Ministra de Vivienda es algo que llega a lo increíble.
No han faltado quienes han hablado de la “transparencia” de la ex Ministra simplemente porque reconoció sin ambages la enorme situación de ilegalidad en que se encontraba. Podría probablemente hablar de transparencia si hubiera reconocido el tema antes de asumir, pero nunca cuando ejerciendo el cargo simplemente se vio enfrentada a una denuncia periodística.
El debate no es sobre una deuda, que puede tener cualquiera, aun en mora por atrasos circunstanciales. Se trata de alguien que nunca aceptó la obligación, que se arrogó el derecho de no pagar por sí y ante sí durante años los gravámenes que sobre sus viviendas históricamente pagamos todos. Y que asumió la materia de vivienda violando las normas más elementales que pesan, justamente, sobre las viviendas, desde que el tiempo es tiempo.
Volvemos a la tesis de que se puede vivir al margen de la ley.
El tema excede con lejos a la ex Ministra. Es de todo el MPP. Es de todo el Frente Amplio, que hoy gobierna. Y seguirá dando que hablar, porque hay en juego principios cardinales de la democracia.
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