Por Jorge Ciasullo
El pasado jueves 18, la Cámara de Senadores llevó a cabo la instancia de interpelación al ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, y al presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, en relación al costo del Antel Arena, sin la presencia de representantes de la oposición en señal de "protesta institucional".El pasado viernes 19, Correo publicó dos esclarecedoras columnas -Haciendo Trampa la una y Arenal Grande II- relacionadas con el llamado a sala del ministro Omar Paganini y del presidente de Antel Gabriel Gurméndez.
Por nuestra parte, no se pretende agregar nada a los mencionados artículos, en los cuales se establece claramente el derecho de cualquier legislador, bajo el artículo 119 de la Constitución de la República, "...de hacer venir a Sala a los Ministros de Estado para pedirles y recibir los informes que estime convenientes..." con las consecuencias, si las hubiere, establecidas en la Sección VIII de la Carta.
También el artículo 190 de la Constitución, establece los límites tanto en sus fines como en sus recursos, para los Entes Autónomos y Servicios descentralizados: "Los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados no podrán realizar negocios extraños al giro que preceptivamente les asignen las leyes, ni disponer de sus recursos para fines ajenos a sus actividades normales".
Por tanto, en cuanto al derecho de cualquier legislador, de llamar a Sala a un Ministro de Estado, no hay discusión posible, el calificar como un "despropósito" para justificar la inasistencia de todos los legisladores de la oposición, no tiene sustento alguno. En cuanto al realizar "negocios extraños a su giro", se ha sostenido, reiteradamente, por parte de la Ing. Carolina Cose, responsable del emprendimiento, como avalado, por un inexistente informe del año 2013, que habría realizado el Instituto de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la UdelaR lo que, como se establece ha sido analizado en esta página, demostrando total falsedad (Correo de los Viernes: Haciendo Trampa).
La presencia de los representantes de la oposición la consideramos necesaria y hasta obligatoria. Necesaria, porque en una democracia no todos pensamos iguales y obligatoria porque para eso fueron votados por miles de ciudadanos, a quienes, con su actitud, defraudan.
En todo caso se trató de una solicitud de información, no solo que, como hemos dicho, es un derecho establecido en la Constitución, sino que al haber declarado confidencialidad en todo lo actuado para la construcción del Antel Arena, impidió, en su momento, conocer detalles relacionados con su costo final que triplicó lo proyectado e informado, y que, a la luz de lo ahora conocido, la obra estuvo plagada de desprolijidades, con decisiones que desembocaron en hechos con apariencia delictiva.
Los hoy parlamentarios opositores, con su ausencia, han dado un mensaje a quienes fueron sus votantes y también a quienes pretenden lo sean en el futuro. Profesores de Ciencia Política como Josep Schelisinger y luego John Carey, el primero en su trabajo Ambición y Política (1966) sostiene que, quienes aspiran e ingresan al quehacer político tienen como objetivo dos opciones a las que llamó Ambición Estática o Ambición Progresiva, en el primer caso en su actuación, están satisfechos con la posición alcanzada y no aspiran a avanzar en la estructura jerárquica de los posibles cargos, en el segundo, su actuación está orientada a ascender dentro de la estructura partidaria y, si fuere del caso, representativa. John Carey, 30 años después agregó una tercera opción: Ambición Discreta que, en su opinión, es aquél político que sólo aspira a ocupar un cargo o representatividad por un período y luego retirarse.
Preguntaríamos a los hoy opositores: ¿bajo cuál de las anteriores opciones encuadrarían su actuación en instancias como la que nos referimos? En particular ¿si se aspira a continuar en la noble tarea de "hacer política"? Creemos que nuestra cultura cívica no admite el voto cautivo, quienes así piensen y actúen están despreciando al ciudadano y arriesgando su voto futuro.