Por Alvaro Valverde Urrutia
Los socios del Mercosur le pidieron a Uruguay que cambie su posición de atar la rebaja del AEC del 10% a la aprobación de la flexibilización comercial del Mercosur para negociar acuerdos de manera individual. La respuesta del gobierno al pedido no es favorable, ya que mantiene su postura invariable a dicha reducción y considera que el asunto se deberá presentar en el órgano competente Consejo Mercado Común (CMC) por tratarse de un tema político, en la próxima cumbre en el mes de diciembre en Brasil.
Los gobiernos argentino y brasileño le plantean a Uruguay que resulta insostenible un TLC con China y que Uruguay estaría quedando en una posición aislada; así como solicitan que acepte la rebaja del AEC acordada entre ambos países, que cuenta con el respaldo de Paraguay.
El gobierno del presidente Lacalle continúa avanzando en el estudio de factibilidad para analizar los sectores que se verían beneficiados y cuales perjudicados para las negociaciones con China que comenzarían a fin de año. Para ello, el gobierno espera contar el apoyo del presidente Bolsonaro y el ministro Guedes, aunque pareciera que en las decisiones finales prevalece el criterio de Itamaraty, que no es proclive a la mencionada flexibilización.
No obstante, Uruguay tiene que acelerar ese tema porque las elecciones brasileñas del próximo año pueden significar un difícil escollo de superar para los intereses del gobierno, porque si ganara Lula se complicaría mucho sostener la pretensión de la flexibilización.
La reciente decisión del gobierno brasileño de rebajar su arancel de importación sin el consentimiento institucional del Mercosur, no deja de ser un antecedente contra el consenso que es la regla para la toma de decisiones.
El gobierno de Lacalle lo ha interpretado como una manera de apertura para avanzar en el TLC con China. Si el consenso que es la manera de adoptar las decisiones no se logra a través de los cuatro socios, la rebaja del AEC no se implementa; por consiguiente, el consenso Uruguay lo puede manejar como un importante instrumento de negociación porque de lo contrario se transformaría en un voto negativo.
El gobierno ha tenido en todo este tiempo una postura clara, que después de la medida unilateral de Brasil de la rebaja arancelaria resulta aún más clara en cuanto a que a la modernización del Mercosur y la flexibilización resultan cada vez más necesarias.