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Sin solución a la tensión en el Mercosur

Por Alvaro Valverde Urrutia

Se agrava la tensión y división en el Mercosur con posiciones antagónicas, básicamente, entre Argentina y Brasil. El ministro brasileño de economía, Guedes insiste en la modernización para la apertura comercial y envió un duro mensaje advirtiendo que si algún país, como Argentina, se siente incómodo con esa postura, lo mejor será que "se retire". Esto significa que Brasil en términos futbolísticos le "marcó la cancha" con esa dura advertencia. Asimismo, Guedes sostiene que no aceptará un Mercosur ideologizado, enfrentándose al kirchnerismo.

Guedes envió al gobierno del presidente Fernández ese mensaje de "ultimátum" de retirarse si se siente incómodo, por resistir la modernización del Mercosur para avanzar en cambios respecto a rebaja del AEC; así como que los restantes socios puedan negociar acuerdos comerciales con terceros países.

También, dicha advertencia dejó en claro que Guedes se estaba dirigiendo a las palabras que el presidente Fernández realizó en la conmemoración del 30° aniversario del Tratado de Asunción, cuando expresó: "No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco", en advertencia directa a Lacalle Pou, ahora Guedes le devuelve el mensaje al mandatario argentino invitándolo a retirarse.

El mensaje es enviado en una etapa de aumento de la tensión luego que el gobierno uruguayo, presidido por Lacalle Pou, comunicara a sus socios el compromiso de China de iniciar negociaciones bilaterales, previo estudio de factibilidad, para firmar un TLC.

El ministro Guedes apoya la decisión de Uruguay de negociar con China, porque considera que va en la dirección de modernizar el Mercosur, con mayor flexibilidad negociadora para los socios, en virtud de la pérdida de dinamismo del mismo. Mientras, el compromiso de firmar un TLC entre Uruguay y China oscurece la posición de Argentina en el Mercosur y le trae una nueva complicación.

En ese contexto, cabe preguntarse si Argentina tendrá una respuesta sobre la intención brasileña de rebajar en un 10 por ciento el AEC en el presente año, más otro 10 en el próximo. Pero, por el momento, se mantiene inflexible en su postura defender la rebaja moderada y selectiva, lo que complicaría el acercamiento con Brasil.

A partir de la decisión y compromiso entre Uruguay y China, el gobierno brasileño se posicionó con insistencia en la modernización comercial del Mercosur, buscando la reducción del AEC; así como habilitar a los socios a negociar acuerdos comerciales con terceros países de manera individual y no conjunta.

Guedes entiende que el gobierno argentino pretende modificar el criterio del consenso en el Mercosur por el veto. Por ello, impide avanzar. Con lo cual ambos socios mantienen firmes sus posiciones, que parecen irreconciliables. Brasil critica que no se puede avanzar porque Argentina alega que su economía está complicada.

La reducción del AEC es el principal foco de tensión con posiciones opuestas. La posición de Brasil de reducirlo al 10 por ciento para una apertura de las importaciones del Mercosur, es rechazado por Argentina que pretende seguir protegiendo a la industria local con valor agregado de esa propuesta de rebaja.

Guedes entiende que ante el cambio que proponen Brasil, Paraguay y Uruguay, si Argentina se sigue oponiendo y no puede abrir ahora su economía, se le puede dar un ´waiver´ temporal por dos o tres años, para que esa situación complicada no impida avanzar en la apertura a los otros socios. Pero Argentina sigue rechazando la propuesta brasileña, al tiempo que pide unidad en el esquema.

Las declaraciones de Guedes sobre la necesaria modernización del Mercosur y la dura advertencia a la Argentina, dejaron un manto de preocupación y encendieron señales de alertas en la Casa Rosada y en el Palacio San Martín.

Esta difícil situación llevó a Fernández a convocar una reunión de gabinete para analizar el aumento de las tensiones en el Mercosur y evitar una confrontación directa con Brasil, con el objetivo de encontrar una fórmula que preserve la unidad como política de Estado, por considerar que constituye una instancia estratégica para la integración y el desarrollo económico.

El reciente cambio de canciller argentino no significó ninguna modificación en su postura de mantener la oposición a avanzar a la flexibilización comercial y rebaja arancelaria; mientras reafirma su propósito de preservar la unidad del Mercosur, como política de Estado.

El gobierno de Fernández trata de calmar los ánimos y evitar más controversia con Brasil. Sobre el explícito mensaje de Guedes se ha especulado si Argentina no avala la modernización del esquema, ésta podría abandonar el esquema.

Sin embargo, el gobierno responde que reafirma su posición tradicional, de preservar la unión del Mercosur, dialogar sobre los cambios, pero cumplir con las normas vigentes. Pero, su postura se sigue mostrando ambigua, por un lado, quiere dialogar sobre cambios y, por otro, mantener la normativa actual, lo que parece incompatible.

El nuevo canciller Cafiero estableció como prioridad alcanzar un acuerdo con Brasil sobre la reducción del AEC, para mejorar el vínculo político y también al Mercosur, en la línea que Fernández busca para acercarse. Pero, pareciera que Argentina no la tiene fácil, ya que tendría las negociaciones complicadas, en virtud que el gobierno obstaculiza la flexibilización comercial y el AEC, defendiendo rebajas arancelarias moderadas y específicas por sectores para no afectar la competitividad de sus producciones ante las importaciones de terceros mercados.

En la actualidad, el gobierno argentino ha quedado "prisionero" de su política económica cerrada-proteccionista y, por tanto, apuesta a no reducir el AEC para proteger a los productores locales. La intranquilidad del gobierno se manifiesta en el "pánico" a la apertura comercial. Esa postura temerosa es lo que genera que las posiciones sean antagónicas entre los dos socios mayores.

De cualquier manera, resulta imperioso que ambos socios resuelvan la situación del AEC, porque se ha convertido en el punto central de sus desavenencias y en la dificultad para definir el modelo de modernización para el futuro del Mercosur.

El gobierno argentino quiso sacar beneficio cuando Uruguay tomó la decisión unilateral de negociar por fuera del Mercosur para generar una división en la interna del gobierno brasileño entre economía e Itamaraty; pero pareciera que el resultado fue breve, se deslizó como agua entre los dedos.

El objetivo que perseguía el gobierno de Fernández era mostrarse que no sería Argentina quien estaría en una posición separada o aislada, sino que, si no se daban determinadas circunstancias de apoyo explícito de Brasil, sería Uruguay que quedaría en una situación delicada.

Entonces, Argentina para contrarrestar el apoyo de Bolsonaro y Guedes a la propuesta del presidente Lacalle Pou, intento tener el respaldo de Itamaraty, que maneja una concepción diferente a economía; así como de los industriales brasileños (CNI) para evitar la reducción lineal y general del AEC y la negociación individual de acuerdos, pero sólo tuvo apenas una "atención fugaz".

Pero, ahora la situación comenzó a cambiar desde la decisión entre Uruguay y China y quien estaría en una posición incómoda y aislada sería Argentina, que busca desesperadamente enfriar la tensión y evitar la confrontación con Guedes y Bolsonaro; así como intenta mantener el diálogo con la diplomacia brasileña.

Al día siguiente de las fuertes declaraciones y advertencias de Guedes, mantuvieron una comunicación los cancilleres de Argentina y Brasil, Cafiero y Franca, respectivamente, que tuvo como tema central la modernización.

El ministro Franca utilizó la llamada telefónica a Cafiero para saludarlo por su designación como nuevo canciller argentino, para tratar el tema en disputa de la modernización, que pareciera ser más del resorte de economía que de Itamaraty.

Llama la atención la coincidencia de la llamada de Itamaraty luego del duro mensaje de Guedes al gobierno argentino, pareciera que el canciller Franca intento poner "paños fríos" a la fuerte tensión generada.

Itamaraty tiene una política más tendiente a favorecer o proteger los acuerdos por sobre las discrepancias, acorde a su posición tradicional más conservadora sobre el Mercosur, que la de Guedes. Mientras, Cafiero, también, intentó calmar las aguas con Brasil luego del duro mensaje de Guedes respecto a la reducción del AEC para potenciar el desarrollo económico del Mercosur.

Ambos cancilleres no trataron la modernización sobre el AEC, ni acuerdos con terceros. Al girar la conversación sobre otros aspectos, la modernización pareció quedar distante del planteo central de Guedes.

Luego Cafiero recibió al canciller uruguayo, Bustillo para conversar sobre los temas en discordia y quedaron en continuar con reuniones de trabajo.

El canciller brasileño França sostiene que "No hay Mercosur si Brasil y Argentina no están juntos", que Argentina es fundamental para Brasil y viceversa. Y agrega que "habría una propuesta de acuerdo para disminuir el AEC, que luego se trasladara a Uruguay y Paraguay". Este viernes se reúnen nuevamente en Brasilia los cancilleres Cafiero y França, para tratar los dos principales temas bilaterales: el AEC y la probabilidad de negociar acuerdos con terceros países.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.