Luego de negarse a participar en el homenaje al GACH por "motivos sanitarios", la Intendente Cosse participó de los multitudinarios festejos de la Comisión Pro Referéndum sin respetar las medidas de distanciamiento físico.
El jueves de la semana pasada, el gobierno decidió homenajear al Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) por su destacado trabajo de asesoramiento a lo largo de 15 meses. El presidente Lacalle destacó que la ciencia "no puede ser ajena a la tarea gubernamental" y subrayó que el trabajo de los académicos fue "honorario de honor, de servir a la patria; el servicio era a la patria, a la nación".
A su turno, el coordinador general del grupo, Rafael Radi, agradeció a los científicos, a las autoridades, a la ciudadanía y al Gobierno en particular, por "honrar las condiciones de asesoramiento acordadas con el presidente" basadas en los conceptos de "independencia y autonomía".
Resaltó el honor que significó la convocatoria y especificó que la estrategia desplegada desde el inicio de la pandemia se basó en cuatro preceptos: "progresividad, regulación, monitoreo y evidencia". Finalmente, celebró el ambiente de trabajo construido entre los integrantes del GACH, con aportes que incluyeron el conocimiento nacional e internacional.
En el emotivo -y merecido- homenaje, hubo algo que llamó la atención: la escasa presencia de representantes de la oposición, entre los que se encontraba únicamente el Intendente de Canelones, Yamandú Orsi.
Sin embargo, la Ingeniera Cosse, invitada en su calidad de Intendente, había señalado en la mañana del jueves: "no participaré del acto de hoy. El mejor homenaje al GACH es seguir cuidándonos para volver".
Un día antes, el sindicato de docentes de la Universidad de la República (UdelaR) también rechazó la invitación: "estamos muy orgullosos/as del aporte comprometido y generoso de tantos/as colegas para enfrentar la pandemia. Sin embargo, declinamos participar del homenaje al GACH organizado por el Poder Ejecutivo".
Si Cosse o la militancia frenteamplista, en la que se encuentran la mayoría de los docentes agremiados de la UdelaR, no hubiesen aducido motivos sanitarios para ausentarse del homenaje, no tendríamos razón para criticarlos. Pero sucedió lo contrario. No fueron a un homenaje, con aforo y estrictas medidas de distanciamiento y cuidado, y se aglomeraron en el centro de Montevideo con besos y abrazos como se puede ver en la imagen que encabeza esta nota.
Era más fácil reconocer que no fueron porque lo organizó el gobierno, al que no reconocen como propio, o porque, como todos sabemos, sólo les interesaron las recomendaciones del GACH cuando les eran útiles políticamente. Prefirieron el cinismo.