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El Frente declara pero no aclara

Por Julio María Sanguinetti

El Frente Amplio contesta airadamente al Partido Colorado por algunas expresiones de nuestra Convención Nacional que cuestionaron su lealtad a la democracia por desconocer el principio de separación de poderes y la voluntad ciudadana expresada plebiscitariamente.

En estos días en que el último libro del periodista Alfonso Lessa documenta, una vez más y ahora más ampliamente, la adhesión del Frente Amplio y la central sindical al golpe militar de febrero de 1973, bien está que aclaren. No ocurrió entonces la adhesión de alguna figura aislada sino la actitud orgánica de todos los partidos y sindicatos pertenecientes a esas entidades, las que aplaudieron la eventual conformación de un gobierno de “civiles y militares honestos”.
 
Desgraciadamente, su declaración no aclara nada. No hay una sola palabra de condena al acto patotero de ocupar la Suprema Corte de Justicia. No hay expresión alguna sobre la inverosímil amenaza de juicio político formulada por la primera Senadora del Frente Amplio, esposa además del Presidente de la República. No hay una rectificación del increíble agravio a la Corte cuando la Presidenta del Frente Amplio la acusó de “proteger a los grandes capitales en perjuicio del país y su gente”.

Que adentro del Frente Amplio anidan núcleos que nunca fueron democráticos —ni lo son ahora— se revela evidente. Cada vez que alguien les controvierte, salta el viejo resorte autoritario. Y la prensa y la Justicia, los objetivos tradicionales del populismo autoritario, pasan a ser enrostrados. Mientras tanto, su adhesión a Cuba y Venezuela es un testimonio incuestionable de la sobrevivencia de esa arcaica concepción marxista que desprecia las libertades públicas y los derechos humanos de los que se han autoproclamado adalides.

Durante décadas soportamos el desprecio a esas libertades de parte de socialistas, comunistas, anarquistas y marxistas de variadas vertientes. Eran la “cáscara vacía”, las “libertades formales de la burguesía” que escondían las desigualdades sociales. “¿De qué sirve la libertad de prensa si está en manos de los burgueses”, gritaban entonces y con frecuencia vuelven a proclamar cuando algún medio osa algún cuestionamiento. Lo triste es que recién cuando perdieron esas libertades por la dictadura descubrieron los derechos humanos.

La declaración reitera, como de costumbre, el recuerdo de los abusos que sufrieron muchos de sus militantes durante la dictadura. Sin duda, así ocurrió, como también le pasó a tres millones de uruguayos que no pudimos hablar libremente ni reunirnos durante esos años. Muchos de esos presos maltratados —de acuerdo que inicuamente maltratados— estaban sin embargo juzgados conforme a derecho por los jueces de la democracia por atentar contra la Constitución y — violencia mediante— pretender la caída de las instituciones. De modo que la raíz autoritaria es vieja y muy profunda.

Todo indica, además, que el desprecio por los dos pronunciamientos plebiscitarios en que la ciudadanía ratificó la ley de caducidad, persistirá. El Frente Amplio declara su adhesión a una ley grosera, arbitraria e inconstitucional que desconoce la voluntad ciudadana. Caída ella, se nos amenaza ahora con otras leyes y otras presiones sobre la Justicia, adelantando interpretaciones capciosas para seguir desconociendo la voluntad ciudadana.

Lamentablemente, todos los días dejan en claro que hay grupos antidemocráticos y otros que, sin serlo, no se atreven a enfrentarlos, dejándose arrastrar a esa prepotencia autoritaria que satisface su espíritu vengativo.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.