Cuando el gobierno intenta reactivar un sector severamente afectado por el cierre de sus actividades, un "colectivo" vinculado al mismo, en lugar de apoyar y celebrar, protesta a la vez que insiste en reclamar el reinicio de sus actividades, como si el gobierno lo estuviera negando.El pasado sábado 5 el Poder Ejecutivo llevó a cabo el plan piloto de "pase verde" con un espactáculo de danza a cargo del Ballet Nacional dirigido por María Riccetto en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta del SODRE.
El propósito del plan piloto fue, como es obvio, intentar habilitar espectáculos en plena pandemia.
Paradójicamente, aquellos afectados por el cierre de esas actividades protagonizaron una protesta en la puerta del Auditorio. Y no sólo ello, el lunes y el martes reiteraron la protesta y acusaron al gobierno de responderles con el silencio.
No se entiende cómo se puede acusar al gobierno de no tomarlos en consideración cuando el mismo fin de semana en que se convocaron para protestar llevó a cabo un ensayo para procurar una vuelta a la actividad.
Todo ello mientras el Frente Amplio -al que están adheridos la mayoría de estas personas- exige el cierre de todas las actividades.
Nada es casual.