El paro general de 24 horas decretado por el PIT-CNT para el 17 de junio da cuenta de una actitud de naturaleza política -en el peor sentido del término- que ubica a la central sindical, una vez más, en la vereda de la oposición. En el fondo no sorprende pero se da de bruces con la actitud de apertura permanente que este gobierno ha tenido hacia el mundo sindical."Contra el hambre y la desigualdad, por trabajo y salario, en defensa de la vida y en solidaridad con los 15 profesores de San José separados del cargo", es la consigna del paro votado ayer.
Marcelo Abdala, entrevistado en TV Ciudad, señaló que el paro apunta a la recuperación salarial para los trabajadores ocupados pero que también piensan en los desocupados. No se advierte que piensen mucho en éstos, perjudicando las condiciones que faciliten su reinserción laboral.
Como se señala en el título, luce desproporcionada la medida en razón de las dificultades que atraviesa el país. Y es, además, profundamente injusta. Porque este gobierno ha demostrado con creces su actitud de atender al mundo sindical. La dirigencia de la central ha sido recibida en varias ocasiones por el presidente de la República. Y ni que hablar el Ministerio de Trabajo, donde el mundo sindical ha tenido -y seguirá teniendo- las puertas abiertas permanentemente, no solo de los funcionarios mediadores sino de los niveles políticos de la cartera, empezando por el propio Ministro Pablo Mieres.
La medida, entonces, luce mucho más como la necesidad de alinearse más claramente con la oposición en el marco de la campaña contra la LUC, todo lo cual es legítimo, sí, y nadie lo impugnará, pero es también lamentable.