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Tendrá oportunidad de prosperar la flexibilización propuesta por Uruguay

Por Alvaro Valverde Urrutia

La Cumbre del Mercosur por sus 30 años de creación, se celebrara hoy 26 de marzo, de manera virtual, con los cuatro países miembros y la participación Chile y Bolivia como países asociados. En la misma, Lacalle Pou presentará su propuesta de flexibilización para perfeccionar el Mercosur y que este no constituya un impedimento para que Uruguay negocie individualmente acuerdos con terceros países.

El presente artículo fue escrito previo a la cumbre, pero no quita que podamos adelantar que el planteo uruguayo enfrentará dificultades que podrían hacerlo no prosperar.

Esta propuesta del gobierno uruguayo plantea una rebaja del Arancel Externo Común (AEC), de manera gradual, a fin de buscar mejorar la competitividad y sectores productivos de los miembros. Pero, la propuesta principal es la flexibilización comercial.

El presidente Bolsonaro adhiere a la posición de su par uruguayo. Bolsonaro considera que en algunos casos es mejor trabajar individualmente.

El presidente Lacalle Pou deberá tener la tarea nada fácil de persuadir al mandatario argentino, Fernández, sobre la importancia y viabilidad de la propuesta. Al mismo tiempo, se deberá tener presente cómo repercutirá en el AEC, lo cual no es un tema menor y de compleja implementación.

El gobierno uruguayo ha venido haciendo intensas gestiones diplomáticas y políticas guiando las conversaciones sobre la flexibilización para allanar el camino para un consenso en la Cumbre de los 30 años de la creación del Mercosur. Las mismas se concretaron cuando el presidente Lacalle Pou recibió a sus pares para conversar sobre el tema de la flexibilización.

Hay un tema central que son las asimetrías entre los socios, con una queja constante de Uruguay y Paraguay que necesitan abrirse al comercio global. El Mercosur adopta sus resoluciones por consenso y no por mayorías. Eso impide a un miembro negociar acuerdos por fuera del Mercosur sin el consentimiento de los demás socios, amparados por la Dec. 32/00, que sólo admite las negociaciones en conjunto.

Este es el nudo gordiano porque no siempre los gobiernos están todos alineados en un mismo objetivo. Tampoco, todos los socios exportan e importan lo mismo, con lo cual en muchas circunstancias la apertura o acceso de mercado para un socio u otros socios puede significar perjudicar posibilidades de otro de los socios. Así se plantean algunas de las dificultades para la flexibilización.

Este tema de las asimetría que viene desde larga data, sumado a que el Mercosur es un esquema sumamente cerrado, con un gobierno argentino que se opone a las negociaciones con terceros y a la reducción del AEC y a la flexibilización, mantienen al Mercosur paralizado.

No obstante, la presión reciente de las gestiones diplomáticas y políticas de los otros socios sobre el gobierno argentino pareciera que tuviera una variante en su postura de rechazo a la flexibilización y reducción del AEC, al mismo tiempo que considera que no necesariamente habrá un quiebre en el Mercosur. Dicha variante consistiría en que Fernández estaría dispuesto a bajar los aranceles de los bienes no producidos en el país.

A contrario sensu, Brasil y Uruguay mantienen su postura de apertura comercial, basada en la flexibilización y reducción del AEC, para lograr que el Mercosur autorice negociar a dos velocidades, ya que para ciertas negociaciones los socios deberían tener velocidades distintas.

La variante en la postura de Fernández estaría basada en la necesidad de Argentina para preservar al Mercosur y que no se produzca ruptura. La presión ejercida sobre el gobierno argentino para la apertura comercial, en principio, pareciera tener resultado, pero las discusiones de la cumbre lo dirán.

Uruguay con el apoyo de Brasil intentaran hacer prosperar la reducción del AEC y la flexibilización, esto encaminaría al Mercosur hacia una zona de libre comercio, que no tiene el mismo resultado económico para todos los socios, lo cual generaría inconvenientes.

En la actualidad, podría decirse que el Mercosur sería un híbrido entre una zona de libre comercio y una unión aduanera. Por qué nos referimos a un híbrido: es que existen sectores siguen por fuera del Mercosur, tales como el azucarero y el sector automotor, aunque en este último caso Argentina y Brasil han avanzado mediante acuerdos bilaterales, lo cual no deja configurar plenamente la ZLC, aunque abarque un importante número del universo arancelario y, por otro, la unión aduanera tampoco se ha configurado, es imperfecta con una AEC perforado.

Además, el Mercosur tiene un AEC elevado más que otros internacionalmente, que se vincula al tema mencionado de las asimetrías entre los socios mayores y los socios menores.

Al existir dificultades para acordar una reducción del AEC, entonces, el gobierno uruguayo apunta a la flexibilización, la incógnita es si prospera, al menos en la cumbre de los 30 años.

En suma, para la reducción del AEC y la flexibilización es primordial la institucionalidad de la cual hoy carece el Mercosur, no se puede limitar sólo a un acuerdo entre los mandatarios. Además, por los problemas e intereses propios en los socios mayores, pareciera no existir una voluntad política firme para impulsar el Mercosur en lo político y comercial.

Entonces, esta Lacalle Pou liderando el proceso de flexibilización y convencer a Argentina y Brasil en las negociaciones con terceros países de manera individual a dos velocidades o diferentes velocidades.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.