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Quedate en tu burbuja

Por Marcela Pérez Pascual

Este martes, a raíz de la confirmación de que la cepa brasileña P1 del COVID 19 está en nuestro país, el Presidente Luis Lacalle Pou convocó al Consejo de Ministro y luego anunció nuevas medidas para intentar frenar el avance de los casos positivos.

Las medidas anunciadas por el Gobierno son por todos conocidas. Pero quiero resaltar aquí las más relevantes.

Hasta el 12 de abril se cerraron las oficinas públicas, salvo las que brinden servicios imprescindibles así como los clubes, gimnasios y prácticas de deportes amateurs. Se suspendieron los espectáculos públicos. Se dispuso el cierre de los Free Shops. Se prohibió todo tipo de evento y fiesta social. Se cerraron los complejos termales.

Se resolvió suspender la presencialidad en todos los niveles de la educación hasta luego de la Semana de Turismo. Luego regresará de forma paulatina y por niveles. En este sentido, el Presidente del CODICEN, el Dr. Robert Silva dijo que el regreso se va a estudiar en función de la realidad, sobre todo la sanitaria. Se va a analizar, estudiar y comunicar. La presencialidad es algo que tanto el Dr. Silva, el Ministro Da Silveira y el Presidente de la República siempre han defendido y han dejado en claro que es una prioridad y es lo primero que va a abrir y lo último que va a cerrar. En esta circunstancia frente a más de 1500 casos por día, con una cepa nueva que aparentemente afectaría a niños, no dejó otra alternativa. Si bien la educación es prioritaria, es claro que la salud y la vida siempre van a estar primero.

Se reinstaló el tributo COVID-19 por dos meses para los trabajadores públicos que perciben salarios nominales superiores a 120.000 destinando lo recaudado a las actividades que van a ser perjudicadas por la reducción de la movilidad causada por las medidas adoptadas. Por ejemplo, se duplicará el monto de la asignación familiar del plan de equidad a las canastas del Ministerio de Desarrollo Social. Con esto se beneficiará a unos 500.000 uruguayos.

Las medidas adoptadas por el Gobierno claramente tienden a la disminución de la movilidad, pero, tal como lo dijo el Presidente, y lo he dicho en reiteradas columnas, esto no depende solamente de ellas, depende de la actitud que tomemos. Las medidas, pueden gustarnos o no, pueden parecernos suficientes o no. Pero son estas. Hay quienes piensan que se debieron adoptar antes. Considero que de nada sirve mirar hacia atrás. Hay que mirar hacia el adelante y dar lo mejor de nosotros para superar esta crisis. Quejarse y culpar al otro es una salida fácil y cobarde.

La libertad se debe manejar de manera solidaria. No puedo decir "El gobierno debería haber tomado tal o cual medida". Si considero que el gobierno se equivocó, genial. Capaz estoy en lo cierto, pero sinceramente no envidio para nada al Presidente y estar sentada en su sillón en este momento. Es muy fácil criticar cuando no se está en ese lugar.

Ninguno de nosotros, simples ciudadanos de a pie, cuenta con la información completa y la imagen completa con la que sí cuenta el Presidente. Por lo que no podemos tan livianamente juzgar las decisiones que toma.

Yo confío plenamente en el Gobierno de Coalición y sé que las decisiones que toma tienen todas un fundamento sólido detrás.

Sí podríamos, por el contrario, mirarnos al espejo y juzgar nuestro propio comportamiento y conducta. ¿Lo hacemos? ¿Nos juzgamos tan duramente como juzgamos a nuestro Gobiernos y nuestros representantes? ¿Hemos actuado como deberíamos durante esta pandemia?

Todos estamos realmente cansados y aburridos de estar encerrados, de no poder ver a nuestros seres queridos, sobre todo a nuestros abuelos. Queremos poder reunirnos, hacer fiestas, celebrar cumpleaños, ser realmente libres nuevamente. Yo lo sé, soy una de esas personas.

Pero pensemos que la vacuna está, llegó y ya se está administrando. Muchos ya se dieron la primera dosis y otros tantos se la están por dar. Ya todos podemos calcular más o menos cuando nos tocaría aproximadamente darnos la segunda dosis por lo que desde ese día sería, por lo que han dicho los expertos, aproximadamente unos 15 o 20 días para contar con anticuerpos suficientes para poder ver a nuestras familias y amigos. Igual con cuidados porque no nos da una inmunidad total. Pero ya con otra tranquilidad.

¿No vale la pena hacer este último esfuerzo?

El gobierno una vez más demostró estar a la altura de las circunstancias, tener claro hacia dónde va, qué quiere para su gente y que espera de ella también. Ahora nos resta responder de la misma manera a nosotros.

¿Sabremos cumplir? Confío en que sí y que lo haremos de la mejor manera. ¡Quedate en tu burbuja!

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.