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Una queja improcedente

Por Jorge Ciasullo

Todos coincidimos, que, en un régimen democrático, debe establecerse, no sólo la existencia sino la exigencia que exista oposición, el problema es, desde nuestro punto de vista, cuando se cae una y otra vez en demagogia, entendida ésta como engañar al ciudadano divulgando falsedades, como es el caso.

"El Parlamento no está jugando un papel porque no hay casi diálogo. No hay ninguno", dijo a El País la senadora Lucía Topolansky del Movimiento de Participación Popular (MPP).

En el citado artículo se transcriben declaraciones del coordinador de la bancada de senadores del Partido Nacional, senador Gustavo Penadés, quien sostuvo que, en el tratamiento de la ley de urgente consideración, se tuvieron en cuenta los diferentes aspectos del régimen de trabajo solicitado por el Frente. Del mismo modo, agregó que "no fue poca cosa" llegar a un acuerdo en la integración de los entes autónomos y servicios descentralizados.

La ciudadanía no olvida lo sucedido en los pasados 15 años, con múltiples proyectos de ley, presentados por la oposición, encajonados sin más trámite, o aprobando leyes no sólo mal redactadas, sino con artículos inconstitucionales, lo que fue reiteradamente advertido por la oposición, resultando aprobados con brazo de yeso y luego declarados inconstitucionales por Suprema Corte de Justicia.

Si de algo ha sido testigo la ciudadanía en los pasados 15 años, ha sido la forma de gobernar del Frente Amplio, a través del "Plenario". Este órgano partidario-dominado por el Partido Comunista y el MPP- está integrado en dos mitades - un 50% corresponde a las bases y acceden por encima del caudal electoral de los sectores que integran el FA y otro 50% se adjudica a aquellos representantes elegidos por el pueblo mediante voto secreto y obligatorio, sus decisiones son de obligatorio cumplimiento, tanto por el presidente de la República como por todos los legisladores. En los hechos lo que la ciudadanía votó, vale la mitad. Un voto se convierte, por arte de magia, en medio voto.

"Los tres poderes que prevé la Constitución se ven reducidos a dos-pobre Montesquieu completamente humillado- a la hora de decidir en Uruguay: el Plenario del Frente Amplio y el Poder Judicial, que escapa a la autoridad del Plenario-por ahora, El plenario nada tiene que ver con el poder democrático, es su antítesis" (Carlos Maggi- El País 07.01.2018-editorial)

Tan demagógicas resultan las declaraciones de la senadora Topolansky como lo es ahora, el movimiento-bajo el impulso del Pit-Cnt, diputados y senadores del FA, el señor Miranda, etc. es decir el FA- para derogar, referéndum mediante, parte de la ley de urgente consideración, incluyendo artículos que fueron aprobados por el FA. Alguien ha sostenido que le democracia puede sufrir el flagelo de la demagogia y este es un ejemplo.

Tal vez convendría recordar a Vaz Ferreira, cuando sostenía con relación a la ética política: "sin permanecer ajeno a la estructura partidaria para mantener vivo y permanente el interés por la cosa pública y tratando de intervenir en ella en todo lo legítimo y bueno".

En definitiva, cuando se sostienen falsedades que son fácilmente comprobadas como tales, recurriendo a la demagogia. De tomar al pie de la letra las declaraciones de la senadora, el Poder Legislativo estaría sesionando entre cuatro paredes, a espaldas de la oposición y hasta de la ciudadanía. Nos remitimos a los dos párrafos anteriores y también a la historia de cómo se gobernó en los pasados 15 años.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.