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Las siete plagas...

Por Luis Hierro López

No es conveniente comparar esta crisis con la de 2002, que fue muy dura pero transitoria. Lo que estamos viviendo es extraordinario y de larga duración. Habrá cambios en la economía y en el comportamiento de la gente y no sólo acá, sino en todo el mundo.

La perspectiva de que muy pronto habrá vacunas disponibles contra la Covid 19 trasmite ciertamente una esperanza, pero a la vez provoca una falsa ilusión, como si fuera posible que de aquí a fin de año vayamos a estar todos inmunizados. Los que más saben de estos temas nos aconsejan prudencia y sería bueno que la población asuma esa actitud. Pueden pasar varios meses e incluso años antes de que, efectivamente, las vacunas estén científicamente comprobadas y al alcance de toda la población.

Mientras tanto los riesgos existen, no sólo por la segunda ola del virus hasta ahora conocido, sino por su mutación. Los anuncios sobre la posibilidad de que se expanda a través de animales -como los visones y otros- adquiriendo aún más letalidad, deben estar provocando pesadumbre, porque da la sensación de que el virus es, como ya suponíamos, muy difícil de controlar.

Ningún científico y pensador se anima a asegurar que volveremos a la normalidad, tal cual la conocimos hasta el año pasado. Steven Pinker, quizás el científico social más importante de los últimos años y quien se caracteriza por tener una visión positiva de los procesos sociales y económicos, dijo que si bien la humanidad va a sufrir mucho, terminará dominando la pandemia, pero advirtió que así como ocurrió con los incendios y la creación de cuerpos especiales de bomberos en tiempos remotos, habrá que crear sistemas universales de detección de contagios y, a nivel mundial, una vigilancia científica coordinada y de altísima certidumbre.

Expertos de similar dimensión advierten que la humanidad está en una disyuntiva muy clara, que le llevará a parar forzosamente la concentración demográfica en las grandes ciudades, a cuidar con gran esmero el ambiente y a mantener renovados vínculos con las especies animales. Porque nuevas pandemias están en el horizonte.

En nuestro país, tenemos la tranquilidad de saber que las autoridades han hecho una tarea eficaz y responsable, pero con eso no alcanza, como se ha venido demostrando estos días, a través del comportamiento irresponsable o ingenuo de algunos sectores de la población.

Es tiempo de que la libertad responsable propuesta por el presidente Lacalle Pou se ejerza desde cada uno de nosotros, desde las personas y las familias, más allá de las ideas políticas que cada uno tenga o lo que digan las organizaciones colectivas. No hay fútbol, ni temporada turística ni carnaval que valgan, cuando el país se está jugando seguir manteniendo a la pandemia controlada o perder por goleada. Estamos en ese límite, en el que no sólo la salud de la gente está en juego, sino las fuentes laborales de ahora y de muchos años próximos. Los uruguayos contemporáneos, sobre todo los más jóvenes, tienen la posibilidad de escribir una de las mejores páginas de nuestra historia. También tienen la chance de embarrarla.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.