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Para el campeonato mundial de cinismo

En vez de llamarse a un cuidadoso silencio -lo que debería haber hecho tras su irresponsable gestión- el exministro Bonomi sigue opinando en materia de seguridad pública, exigiéndole al Presidente y al ministro Larrañaga los resultados que él nunca pudo garantizar. Un caso grave de cinismo y mezquindad.

Fue el ministro de Interior que estuvo más años en funciones, una década completa. Pese a ese largo período y a contar con presupuestos de "vacas gordas" -provocados por el empuje internacional de la economía- el exguerrillero Bonomi no pudo cumplir las metas comprometidas durante la campaña electoral de 2014 de reducir las rapiñas y otros delitos en un 30%. Por el contrario, la situación le explotó en las manos, con récords de homicidios y un aumento incesante de las rapiñas. El ministro manipuló las cifras durante varios años, pero luego no pudo ocultarlas más y tuvo que reconocer sus fracasos.

Pese a esa pesada carga, el hombre sigue hablando. Debió haber optado por un avergonzado silencio, pero bravuconea y salió a desafiar al presidente Lacalle y al ministro Larrañaga, que llevan apenas seis meses de gestión, en medio de una crisis sanitaria sin precedentes y enfrentando todo tipo de dificultades. En un tono digno de mejor causa, dijo Bonomi que las propuestas de seguridad del gobierno son "un talenteo". "El presidente dijo que arreglaba todo en un año: van siete meses, le quedan cinco. Tiene cinco meses de crédito, pero con lo que están haciendo no creo que lo vayan a arreglar", El experto en promesas incumplidas agregó, con absoluta desmesura: "algunos lo creyeron fácil e hicieron promesas que no están cumpliendo".

¿Podrá haber un cínico más grande?

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.