En 2011, el Frente Amplió se negó a votar un requerimiento de la Justicia para levantar el fuero del exsenador Nin Novoa, acusado de tergiversar sus declaraciones juradas de bienes.
Resultan asombrosas algunas declaraciones de dirigentes frenteamplistas, quienes declaman que si el Senado niega un pedido de desafuera, ese alto órgano del Estado comete un atentado a la democracia. Negativas similares han ocurrido en anteriores oportunidades, así como hubo desafueros, como el registrado hace unos años, en la Cámara de Diputados, contra el exintendente del departamento de Artigas, Carlos Signorelli.
Lo que olvidan ahora los declamatorios dirigentes de la oposición es que en 2011, se negaron férreamente a votar el desafuero de uno de sus correligionarios, Rodolfo Nin Novoa acusado entonces por un Fiscal y una Jueza por haber adulterado, supuestamente, sus declaraciones juradas de bienes mientras fue Vicepresidente de la República.
Los senadores colorados no votaron esa solicitud de la Justicia, al entender que no había demostración clara de los hechos imputados, argumento similar al que se presenta ahora en torno al senador Manini Ríos, aunque en materias distintas.
Lo que resulta incongruente, como siempre, es la dualidad de criterios de los legisladores frenteamplistas, que siempre ajustan sus principios a sus conveniencias.