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Pienso, luego existo.

Por Consuelo Pérez

Un gobierno Departamental debería tener como cualidades esenciales la capacidad de gestión, la idoneidad y eficiencia en lo concerniente a los asuntos administrativos y una transparencia operativa vinculada a su principal objetivo: la calidad de vida los ciudadanos que habitan en el área de su responsabilidad.

Por supuesto que la llamada "ideología", intrínseca en cada partido político que pugne por hacerse cargo del mencionado gobierno, debería incidir en cada candidato solamente a la hora de priorizar las necesidades sociales a resolver. Sería funesto pensar que la elección de los ciudadanos a la hora de emitir su voto, se basara en aspectos vinculados sólo a esa supuesta y reiteradamente en los últimos años mancillada "ideología", y no se tuviera en cuenta gestiones anteriores, o propuestas actuales.

Lamentablemente debemos constatar que, al menos en Montevideo, ocurre precisamente lo contrario a lo deseado o razonable, lo que ha permitido que el Frente Amplio permanezca en el poder por tres décadas.

Seria hasta insultante para el amable lector volver a enumerar las promesas incumplidas, por ser fácilmente constatables a simple vista. Las visibles, porque la ausencia de la prometida transparencia de un gobierno que se dice de izquierda no permite, por ahora, ver el resto del iceberg.

Los más perjudicados por la nefasta gestión han sido por supuesto los más desposeídos, y cualquier montevideano que se aleje de los barrios medianamente ordenados, lo puede constatar.

La duda como elemento de conocimiento, sustentada por el amigo Descartes, autor de la frase de inicio, ni siquiera vale para el programa que el Frente Amplio pretende aplicar en la persona del candidato - uno de tres - que pugna por convencer que ahora sí, la cosa va en serio. Porque no puede caber ninguna duda de que es más de lo mismo.

Y es por eso que, en forma mezquina, introducen en su "programa" un punto - que no reproduciremos para no faltar el respecto al lector- donde se llama a luchar contra el gobierno central y los que lo apoyan, a los que nos aplica adjetivos reprobables. Que no somos ni más ni menos que ciudadanos que en democracia, somos mayoría, y quisimos un cambio de rumbo para este país. A eso han llegado.

Se apela, como dijimos, a una supuesta ideología inexistente y mentirosa, para exhortar a los ciudadanos a no pensar, dudando de su inteligencia, que, seguramente, en caso de aplicarse, sacaría de circulación la ineptitud y la demagogia.

Por eso, y por muchas otras razones, los candidatos del conglomerado frenteamplista se niegan a debatir con Laura Raffo, a sabiendas de que aún entre los tres, no podrían superar o rebatir los argumentos que deberían enfrentar, presentes en un programa serio y con un fundamento sustentable.

Porque en el otro extremo de la metodología, la candidata de la Coalición invita al ciudadano a interiorizarse de su propuesta, y pone el énfasis en la calidad de vida, para recuperar una ciudad que ha sido devastada, en varios aspectos, por una actitud que se acuerda del ciudadano a la hora de votar, y sintiéndolo un objeto manejable, lo exhorta a ir contra la voluntad popular.

A sabiendas de que la única herramienta de discernimiento confiable para el ser humano es la razón, el análisis, el pensamiento con fundamento, es que confiamos en que Laura Raffo, a pesar del deseo de algunos plasmado en encuestas de otros, será la próxima intendente de Montevideo.

Para existir, digamos.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.