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Tras 30 años de promesas incumplidas, Montevideo es la ciudad más sucia del país

En su primer discurso como Intendente electo de Montevideo, el Dr. Tabaré Vázquez prometió cumplir con la limpieza "de forma permanente" y "erradicar los basurales en 90 días". Sin embargo, han pasado cinco Intendentes, han proyectado decenas de planes y han gastado millones de dólares, pero Montevideo sigue siendo la ciudad más sucia y descuidada del país.

Como recordábamos en la entrega anterior de "30 años de promesas incumplidas", a principios del año 1990, tras ser electo Intendente de Montevideo, un joven Tabaré Vázquez se dirigió a un grupo de simpatizantes nucleados en la Plaza Lafone. Allí, además de prometer bajar el precio del boleto como vimos en la edición pasada, Vázquez anunció que los vecinos podrían "controlar que la gestión cumpla con la limpieza de forma permanente", al tiempo que prometió la "erradicación en 90 días de los basurales".

No obstante, tras tres décadas ininterrumpidas en el gobierno de Montevideo, la pésima gestión de los residuos urbanos, popularmente conocida como "el problema de la basura", continúa siendo el principal reclamo de los montevideanos a las administraciones frenteamplistas. Así y todo, la historia se repite en cada ciclo electoral: el oficialismo anuncia planes, proyectos y campañas de limpieza y recolección, gana la elección, el problema persiste y la situación se agrava.

Según trascendió públicamente, el pasado jueves 16 de julio el Frente Amplio presentó su programa único para Montevideo (2020-2025). Con la modestia que caracteriza a los dirigentes oficialistas, en la introducción del documento señalan que, gracias a sus 30 años de gestión, Montevideo es "una referencia regional" y "uno de los mejores lugares para vivir en Latinoamérica".

A lo largo de cinco ejes temáticos, el programa rememora todas y cada una de las viejas promesas del Frente Amplio, entre ellas una mejora en la gestión de los residuos. En un apartado exclusivo, el oficialismo propone un nuevo "Plan de Gestión de Residuos" para "combatir la acumulación de basura" mediante la incorporación de "mejoras en los mecanismos de recolección, implantando modalidades y sistemas adecuados para cada barrio".

Además, propone "mejorar desde un punto de vista ambiental" las plantas de disposición final de residuos, "involucrar activamente" a la ciudadanía en tareas de clasificación y "hacer especial énfasis en la recolección en los barrios periféricos y asentamientos".

No hay que ser experto en el tema para darse cuenta de que, lejos de ser una "referencia regional", el "mejor lugar para vivir" o la próxima "envidia de Berna", como sugirió al inicio de la campaña el candidato "mujiquista", el Dr. Álvaro Villar, Montevideo es una ciudad abandonada por una élite frenteamplista que la gobierna hace 30 años. Basta con recorrer las calles para percibirlo: contenedores rebasados, basurales endémicos, mugre y más mugre, camine por donde se camine, en el centro o en la periferia, en espacios públicos y privados.

Desde aquel joven Vázquez, que prometía la "erradicación en 90 días de los basurales", pasando por los famosos "cisnes en el Miguelete" de Arana y las "bolsas naranjas" de Ehrlich, la situación fue a peor. Luego fue el turno de Olivera, que prometió "dar un vuelco en la limpieza de la ciudad" y no dudó en responsabilizar a sus antecesores. Finalmente, le tocó a un postergado Martínez que reconoció "problemas de gestión" y falta de "planificación estratégica"; sin embargo, no logró mejorar un nivel que él mismo consideró "espantoso" al año de asumir el cargo.

¿Cómo es posible que cada nuevo gobernante se sorprenda de la gestión anterior, desligándose de toda responsabilidad? ¿No existe un diálogo interno en el Frente Amplio? ¿Por qué hay un programa único? ¿Dónde quedó ese partido homogéneo, unido y sin intereses sectoriales que los dirigentes invocan?

Lo cierto es que todo intento por "solucionar" el problema -equipos especializados, turnos extras e inversiones millonarias- ha estado condenado al fracaso. El sistema fracasó, la gestión fracasó, el Frente Amplio fracasó. Hoy sólo quedan excusas: primero fueron los recicladores y la falta de contenedores, luego la falta de camiones, Adeom y un exceso de contenedores, ahora el aumento del consumo y el nivel de vida, pero también y a pesar de eso, el incremento de personas en situación de calle.

Para colmo, los tres candidatos del oficialismo actúan con una impunidad indigna, como si no pertenecieran a la "fuerza política" responsable del desastre. Tienen una enorme habilidad para desmarcarse y, en muchas ocasiones, aparecen como opositores, de tan distintas que resultan sus propuestas de lo que se ha hecho en la Intendencia.

Por suerte, la insistencia de Laura Raffo para mantener debates estaría dando resultados, porque alguno de los tres candidatos estaría dispuesto a sostener una polémica en la televisión, lo que permitiría confrontar públicamente muchas de las mentiras que durante treinta años el Frente Amplio ha venido ensayando. Al cierre de esta edición, el ingeniero Martínez le sigue escapando al desafío de debatir..Por algo será.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.