Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

Tiempos heroicos

Por LA LIBRERIA

"Ingrato fuego amigo", por Sergio Abreu. Ed. Linardi y Risso. Montevideo, 2019. 126 páginas.

El Mariscal José de Abreu, Barón de Cerro Largo (1770 - 1827), militar riograndense de notable actuación en los tiempos fundacionales de nuestras repúblicas, es un personaje arquetípico de su tiempo: modesto soldado que crece a fuerza de voluntad y coraje hasta transformarse en un Mariscal, nada menos que Gobernador de Armas de la Provincia Cisplatina.

Su vida ha sido investigada con minuciosidad por el Dr. Sergio Abreu, que a sus actividades jurídicas y políticas, le añade una estimable obra histórica que va creciendo con los años. En este caso, hay un relato muy bien llevado, con estilo de novela histórica (si se quiere, de crónica, por su apego a los hechos) que narra la peripecia del soldado, al tiempo que va mostrando panorámicamente el ambiente de la época.

La historia empieza en realidad en San Carlos, hoy territorio uruguayo, fundado por Ceballos con familias azorianas, de habla portuguesa, que se añadieron a españoles y luego guaraníes, en un mestizaje cultural propio de los tiempos. Allí comienza la vida de José Abreu , llevado al cuartel y sus durezas, de la mano de su padre, con solo 14 años. Soldado raso que va creciendo, integrado a los Dragones de Río Grande del Sur, participa en 1801 nada menos que en la gran ofensiva de ocupación de las Misiones. Vendrán luego los tiempos revolucionarios del mundo hispánico, mientras Brasil seguía siendo Portugal, hasta que lo independice el hijo del Rey y se declare Emperador, en setiembre de 1822.

Abreu es figura fundamental en la intervención brasileña en el territorio "oriental". Las tropas artiguistas, una y otra vez abandonadas a su suerte por las intrigas de los gobiernos porteños, serán batidas por la enorme superioridad luso-brasileña. Curado, Mena Barreto, Lecor, Bento Manuel Ribeiro y el propio Abreu serán conductores de esa campaña que culminará con la incorporación de la "provincia" al Imperio. La derrota artiguista será definitiva en 1820 y Abreu es promovido a Mariscal después de su victoria aplastante en Tacuarembó. Se producirá entonces el alejamiento de Artigas hacia Paraguay. Estaban presos en Brasil Lavalleja, Bernabé y Andresito. Solo quedaba Rivera, que con su astucia genial pacta con Lecor y logra mantener una fuerza oriental armada, que será luego fundamental para cinco años después producirse la reconquista.

A esa altura Abreu no solo había ascendido militarmente sino que gozaba de un enorme prestigio popular. Su condición de hombre de pueblo le permitía llegar a la gente con una facilidad que solo le era posible a unos pocos oficiales "gaúchos". Vinieron entonces las intrigas y cuando en 1825, la revolución oriental gana terreno, se le hace responsable de derrotas en las que nada tuvo que ver. Tan soldado era y tanto le pesaba el destino de su patria, que luego de estar alejado retorna -como voluntario- para integrar el ejército imperial que se bate en Ituzaingó, donde muere, víctima del fuego amigo de su fusilería.

El relato es vívido, interesante, fluido, por lo que esta obra se lee rápido y con agrado. No solo nos lleva a la peripecia de nuestros países en aquellos años sino que nos ofrece un cuadro de la vida social, de los prejuicios familiares, de las penurias de lo cotidiano y -ni hablar- del sacrificio casi sobrehumano de estos militares que debían afrontar no solo balas sino fríos, heladas, enfermedades, casi sin medios, en medio de una desnudez espartana. Una linda obra, de muy recomendable lectura.

J. M. S.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.