Por Jorge Ciasullo
Las declaraciones del exdirector de la Oficina de planeamiento y Presupuesto (OPP) Alvaro García, así como las del exministro Danilo Astori, respecto a la situación financiera de las empresas públicas al finalizar el gobierno del FA, fueron desmentidas por Isaac Alfie, actual director de la OPP, desafiando a sostener un debate. "donde quiera y cuando quiera".
Para la mayoría de la ciudadanía-incluido quien esto escribe- le es muchas veces dificultoso entender algunas variables de la economía, más aún cuando ellas se expresan numéricamente, por personas altamente calificadas.
En consecuencia, cuando las diferencias en los resultados financieros de una empresa, sea pública o privada, son tan abismales, las personas se inclinan, naturalmente, a aceptar como válidas, aquellas conclusiones que provengan de quienes compartan -en el caso de las públicas- su ideología política, o de quienes , desde su punto de vista personal, consideren defienden, en las privadas, mejor sus intereses, entendidos como tales, cuando pueda verse afectada su expectativa laboral directa o indirecta o su economía familiar.
En el caso que nos ocupa, el ex director de la OPP, Alvaro García, afirmó que las empresas públicas "se entregaron con U$S 400 millones de caja". Por su parte, Isaac Alfie sostuvo que "la suma del déficit de las empresas públicas es de 20.000 millones de pesos". "Al tipo de cambio es 500 millones de dólares. Esta es la realidad y el que diga otra cosa, lo podemos debatir donde quiera y cuando quiera".
Cualquiera sabe que una cosa es caja y otra déficit, estándose en posiciones completamente distintas porque se parte de conceptos distintos.
Ha sido en estos días una constante, en las redes sociales, la divulgación de noticias falsas o distorsionadas, con un ánimo absolutamente destructivo, contra un gobierno que recién comienza. Lo peor de ello, es que se basan en declaraciones alarmantes de altos dirigentes del FA que, no resignados al resultado electoral, las alientan.
No perciben o tal vez sí, el daño que provocan las declaraciones alarmistas, como cuando se sostuvo, por dirigentes del Pit-Cnt antes de las elecciones, que nuestro país podría convertirse en un Chile, haciendo referencia a los tristes sucesos ocurridos en el país trasandino.
La histórica estabilidad social del Uruguay es un atractivo insuperable por la mayoría de los países de la región y es precisamente esa estabilidad, lo que lo hace atractivo para inversores extranjeros que, en momentos de crisis económica tan mundial como irreversible, puede llevar a una decisión de inversión que desde todo punto de vista sería beneficiosa para Uruguay.
Por todas estas razones, creemos que debería darse el debate propuesto por el economista Isaac Alfie, para situarse, tanto compatriotas como extranjeros, en la realidad de nuestro país, por fuera de apasionamientos políticos que a nada conducen.