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Una mirada liberal y humanista sobre la educación: de José Pedro Varela a Karl Popper

Por Gabriela y Roberto Pena Schneiter

Nuestros colaboradores Gabriela y Roberto Pena prepararon un interesante informe sobre el significado del ideario vareliano, que acá reproducimos.

Al haberse conmemorado, el 19 de marzo, los 175 años del nacimiento del reformador de la enseñanza primaria, don José Pedro Varela, y ser ese un "día de fiesta para las escuelas públicas" (artículo 2° de la Ley N° 5.182, de 28 de diciembre de 1914), queremos compartir algunos de sus conceptos pedagógicos, y complementarlos con algunos pensamientos de Karl Popper, esperanzados en que la política educativa y los marcos curriculares de la enseñanza se vuelvan a impregnar, entre otros, con los valores de la libertad, la democracia, la moral, el civismo, el individualismo, el altruismo, la humildad, el pluralismo, la tolerancia y el lenguaje, como así también en que se implemente el método de ensayo y error, a través de la crítica racional, para la búsqueda de la verdad para la solución de problemas y la adquisición de conocimientos.

La libertad y la democracia

José Pedro Varela:

"El gobierno democrático republicano, sin duda el más perfecto de todos los que los hombres han adoptado, hasta ahora, para la dirección de los negocios públicos, garantiendo a todos los miembros de la comunidad la libertad, en todas sus manifestaciones, llamando a todos a tener participación activa en el gobierno, dejando abierto el campo a todas las aspiraciones, con la acción constante del pensamiento y de la actividad pública, despierta la acción y el pensamiento del individuo, en un grado desconocido para los pueblos que viven bajo otra forma de gobierno".

Karl Popper:

"La libertad política es una condición previa de nuestra responsabilidad personal, de nuestra humanidad: cada intento de avanzar un paso en la construcción de un mundo mejor, de un futuro mejor, tiene que estar dirigido por el valor fundamental de la libertad".

"Necesitamos la libertad para impedir el abuso del poder del Estado, y necesitamos al Estado para evitar el mal uso de la libertad".

"El liberalismo y la intervención estatal no se excluyen mutuamente. Por el contrario, claramente se advierte que no hay libertad posible si no se halla garantizada por el Estado. En la educación, por ejemplo, es necesario cierto grado de control por parte del Estado, si quiere resguardarse a la juventud de una ignorancia que la tornaría incapaz de defender su libertad, y es deber del Estado hacer que todo el mundo goce de iguales facilidades educacionales. Pero un control estatal excesivo en las cuestiones educacionales constituye un peligro mortal para la libertad, puesto que puede conducir al adoctrinamiento".

"De la apología de Sócrates y de su muerte surgió la nueva idea del hombre libre: la idea de un hombre cuyo espíritu no puede ser sometido, de un hombre que es libre porque es autosuficiente, que no necesita coacción porque es capaz de gobernarse a sí mismo y de aceptar libremente el gobierno de la ley. Tanto en el campo del conocimiento como en el de la moral, Kant dio un nuevo significado a esa idea socrática de la autosuficiencia que forma parte de nuestra herencia occidental. Y le ha agregado, además, la idea de una comunidad de hombres libres, de todos los hombres. Pues mostró que todo hombre es libre; no porque haya nacido libre, sino porque ha nacido con la carga de la responsabilidad de decisiones libres".

"La palabra ‘democracia', el ‘gobierno del pueblo' significa, es, desgraciadamente, un peligro. Cada miembro del pueblo sabe que no gobierna y siente por ello que la democracia es un fraude. En esto reside el peligro. Es importante que uno aprenda desde la escuela que el sustantivo ‘democracia' es desde la democracia ateniense la denominación tradicional para una Constitución que debe impedir una dictadura, una ‘tiranía'".

La moral, el individuo y la sociedad

José Pedro Varela:

"Los hombres morales subordinan la satisfacción de sus aspiraciones a la honradez de los procederes: llegan hasta donde pueden llegar legítimamente. Los hombres sin moral sacrifican la honradez de los procederes a la satisfacción de las aspiraciones y, en general, no satisfacen estas por el trabajo, sino por el abuso".

"El objeto de la enseñanza de la moral en la escuela no debe ser dar nociones de moral a los niños, sino enseñarlos a ser morales".

Karl Popper:

"El problema de cómo se puede educar un ser humano para que tenga una sana valoración de su propia importancia relativa a la importancia de los otros individuos (...) está confundido por el influjo de un sistema moral que, en el fondo, se basa en la adoración del poder. En lugar de una sobria combinación de individualismo y altruismo -es decir, en lugar de una actitud que expresaría algo así: ‘Realmente importantes son sólo los individuos humanos, pero de esto no deduzco que mi persona sea muy importante'- se admite como dada una combinación de egoísmo y colectivismo. Esto es, se exagera románticamente la importancia del ‘yo', de su vida afectiva y de su ‘auto-expresión' y con ello la tensión entre la ‘personalidad' y el grupo, el colectivo. Ahora bien, ese colectivo pasa a ocupar el lugar de los otros individuos, de los otros seres humanos, pero no admite relaciones personales razonables. ‘Domina o sométete' (...).

"(...) el maestro (...) no debería intentar imponer su escala de valores ‘superiores' a los alumnos; pero sí debería hacer el intento de estimular su interés por esos valores. (...) por lo tanto, ‘da a los jóvenes aquello que necesitan con mayor urgencia para independizarse de nosotros y para volverse capaces de elegir por sí mismos'".

La modestia intelectual y la crítica racional

José Pedro Varela:

"El primer resultado del aprendizaje de la filosofía trascendental (...) es acostumbrar el espíritu a sofismar, en vez de razonar, creando a la vez una presunción tanto más exagerada cuanto que se cree poseedora de la suprema sabiduría. El espíritu de secta filosófica (...) se eleva para los jóvenes estudiantes a la categoría de ciencia profunda, y poco a poco van pervirtiéndose así los procederes mentales hasta el punto de que llega el caso de que sean incapaces de libertarse de la tiranía de la secta a que pertenecen. (...) Los estudios de filosofía, pues, tales como se siguen entre nosotros, enseñan a ergotizar sobre lo que no se entiende, ni se sabe, y lo que es peor, con la pretensión de que se entiende y se sabe tanto, que solo los ignorantes pueden opinar de otra manera".

Karl Popper:

"Todo intelectual tiene una responsabilidad muy especial. Tiene el privilegio y la oportunidad de estudiar. A cambio debe presentar a sus congéneres (o ‘a la sociedad') los resultados de su estudio lo más simple, clara y modestamente que pueda. Lo peor que pueden hacer los intelectuales -el pecado cardinal- es intentar establecerse como grandes profetas con respecto a sus congéneres e impresionarles con filosofías desconcertantes. Cualquiera que no sepa hablar de forma sencilla y con claridad no debería decir nada y seguir trabajando hasta que pueda hacerlo. (...) Es importante no olvidar nunca nuestra ignorancia. (...)

Cuando un estudiante llega a la universidad no tiene idea de qué normas debe aplicar, y por lo tanto adopta las normas que encuentra. (...) Creen entonces, erróneamente, que estas presunciones son las de la ‘clase dominante' y que una filosofía influida por Marx sería mejor. (...) ¿Qué han aprendido los neodialécticos? No han aprendido lo difícil que es resolver problemas y llegar más cerca de la verdad. Sólo han aprendido la forma de anegar a sus congéneres en un mar de palabras".

"En nuestra gran tarea histórica de crear una sociedad pluralista y libre, y con ella un marco social para el progreso del conocimiento y la autoemancipación por el conocimiento, no hay nada más vital que ser capaces de considerar críticamente nuestras ideas; sin volvernos empero relativistas o escépticos, y sin perder el valor y la resolución de luchar por nuestras convicciones, aun cuando constatemos que estas convicciones siempre están sujetas a corrección, y que sólo corrigiéndolas podemos liberarnos del error, capacitándonos así para progresar en el conocimiento".

El pluralismo y la tolerancia

José Pedro Varela:

"La educación, que da y exige el Estado, no tiene por fin afiliar al niño en esta o en aquella comunión religiosa, sino prepararlo convenientemente, para la vida del ciudadano. Para esto, necesita conocer, sin duda, los principios morales que sirven de fundamento a la sociedad, pero no los dogmas de una religión determinada, puesto que, respetando la libertad de conciencia, como una de las más importantes manifestaciones de la libertad individual, se reconoce en el ciudadano el derecho de profesar las creencias que juzgue verdaderas. Sucede lo mismo con respecto a la política: la escuela no se propone enrolar a los niños en este o aquel de los partidos, sino que les da los conocimientos necesarios para juzgar por sí y alistarse voluntariamente en las filas que conceptúen defensoras de lo justo, de lo bueno. (...) Para las sociedades modernas es ya un principio indiscutible que la imposición, la fuerza, solo crean instituciones de vida efímera: no son estables y permanentes sino las instituciones que tienen por base el respeto de la personalidad humana, en su triple naturaleza física, intelectual y moral".

Karl Popper:

"(...) está muy extendido entre los intelectuales únicamente el deseo de infundir respeto a los demás y, como dice Schopenhauer, no de ilustrarlos, sino de deslumbrarlos. Se presentan como guías, como profetas (...) Pero (...), ¿cuál es el signo externo de esas dos actitudes, la del ilustrado y la del autodenominado profeta? Es el lenguaje. El ilustrado habla de manera tan sencilla como es posible. Quiere que le entiendan. (...) ¿Por qué nos importa tanto a nosotros, ilustrados, la simplicidad del lenguaje? Porque el verdadero ilustrado, el verdadero racionalista, nunca quiere convencer. Así es; en realidad no pretende convencer ni una sola vez: es siempre consciente de que se puede equivocar. Pero, sobre todo, respeta la autonomía, la independencia espiritual del otro demasiado como para querer convencerle en las cosas importantes. Antes bien, quiere provocar desacuerdo y, por encima de todo, crítica razonable y disciplinada. No quiere convencer, sino animar, provocar la formación de opiniones libres. La formación de opiniones libres le es valiosa; valiosa no solo porque todos nosotros podemos aproximarnos a la verdad con la formación de opiniones libres, sino también porque respeta la formación de opiniones libres como tales. Las respeta incluso cuando considera la opinión desarrollada como fundamentalmente falsa".

"Hemos de estar orgullosos de no tener una idea, sino muchas, buenas y malas; de que no tenemos una creencia única, ni tampoco una sola religión, sino muchas: unas buenas y otras malas. Que Occidente pueda permitírselo, es el signo de su suprema fuerza. El acuerdo de Occidente en una única idea, en una única creencia, una religión, sería el final de Occidente, nuestra capitulación, nuestra rendición incondicional a la idea totalitaria".

Corolario

Somos optimistas, al igual que el Dr. Julio María Sanguinetti, de que "vamos de nuevo a reformar la educación, a rescatar el espíritu reformista de aquel momento, pero para ponerlo al servicio de nuevas fórmulas, de nuevos procedimientos, de nuevos métodos, y lograr sacar de esta situación de marasmo y postración a una enseñanza que fue el orgullo del país y que hoy, a través de los resultados objetivos de todas las mediciones internacionales y nacionales, nos muestran una niñez y una juventud que desgraciadamente se está frustrando". Y compartimos también con él que nuestra República Oriental del Uruguay ha "sido una zona de aluvión, que tuvo que construirse a sí misma en las fronteras entre los viejos imperios, y que nació en torno a valores culturales, a ideas y a principios que fueron los que configuraron nuestra propia identidad nacional. (...) Entonces, tenemos que reencontrarnos con esos valores fundamentales que no sólo impregnan el fenómeno educativo sino la propia vida de la sociedad".

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.