Los germanos, que tienen mínima mortalidad, tomaron una serie de medidas que son similares a las adoptadas en nuestro país.
"Nuestro día a día cambiará por un tiempo indefinido", dijo la Canciller alemana Angela Merkel, en una conferencia de prensa realizada la pasada semana, relacionada con la pandemia del COVID-19. Merkel aseguró que la crisis sanitaria es el mayor desafío que tiene Alemania desde la segunda guerra mundial.
En la citada conferencia, que ha sido reproducida por todos los medios europeos, con la serenidad propia de la canciller y no con frialdad como algunos la han calificado, se analizó desde la detección del primer infectado -el pasado 28 de enero- hasta la situación actual y las medidas que se han tomado, sin perjuicio de disponer otras, según los resultados que se obtengan.
Situación actual
En Alemania hay 6.012 infectados -1.100 más que el día anterior (hasta el 16 de marzo). Fallecidos 12, esto es 0.002%, muy por debajo del resto de los países que sufren la pandemia.
Las causas de esta diferencia parecerían ser: 1º- Alemania dispone de un gran número de laboratorios con capacidad para detectar el virus; 2º Los protocolos para inclusión de nuevos procedimientos de diagnóstico médicos son inflexibles y 3º En enero el Ministerio de Salud estableció un código para que los laboratorios pudieran realizar análisis. A la vez, se les proporcionó información y material para los mismos. También, se otorgó financiamiento a los seguros médicos para la realización de esos análisis.
La Canciller se refirió a la estrategia desarrollada desde la aparición del primer caso, consistente en detección temprana y de ese modo bajar la velocidad de contagio con el objetivo de ganar tiempo y sobretodo no recargar la infraestructura sanitaria (Alemania cuenta con 28 mil camas para tratamiento intensivo, de ellas 25 mil con respiradores). Se trata, sostuvo, de un "enemigo" del que poco o nada se conoce, el nivel de personas afectadas, salvo que aparezca la vacuna será entre el 60 o 70% de la población en el término de dos años. Utilizó la fórmula 80%, 15% y 5%, desarrollándola de la siguiente manera 80% no tendrán síntomas y por lo tanto no requerirán atención. 15% requerirán asistencia menor y 5% (2,5 millones de personas) requerirán mayor atención e, incluso internación hospitalaria.
Medidas económicas
La canciller prometió un programa de avales ilimitados del gobierno, para aquellas empresas que tengan problemas de liquidez a causa de la crisis. Es decir, el Estado será garantía de todos los préstamos del sistema financiero, con el objetivo además, de mantener la liquidez y conservar los puestos de trabajo. A su vez, el Ministro de Finanzas anunció que el déficit 0 -que ha sido tradicional en los últimos años- y las restricciones presupuestarias han dejado de ser una prioridad para el gobierno.
También el ministro anunció que no se descarta la posibilidad de nacionalizar, en forma temporal a empresas de importancia estratégica, refiriéndose específicamente a la industria farmacéutica
Restricciones
Se cerraron parcialmente las fronteras con Austria, Francia, Luxemburgo, etc. Se permitirá el traslado de mercaderías y el paso de personas que viven y trabajan en un lado u otro.
También, como en el resto de Europa, se cancelaron las clases tanto universitarias como escolares, se cerraron cines, museos, gimnasios, bares y discotecas, se restringió el horario de los restaurantes, se suspendieron todos los ritos religiosos y se dispuso el cierre de comercios que no sean de primera necesidad.
Por esa razón, se estimuló a las empresas a las que fuera posible hacerlo, realizar el trabajo a distancia con sus empleados, a la vez el Ministerio de Trabajo flexibilizó al acceso al seguro de desempleo, con retroactividad al 1º de marzo.
Problemas económicos-diplomáticos
Según medios de prensa alemanes, el laboratorio CureVac tiene avanzado el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, lo que habría despertado el interés de empresas farmacéuticas norteamericanas. Por esa razón, el presidente Trump invitó a una reunión en la Casa Blanca al presidente de ese laboratorio, Daniel Menichella, en la que también estuvo presente el vicepresidente Mike Pence y representantes de empresas farmacéuticas que están investigando el desarrollo de una vacuna contra el virus.
Aparentemente, Donald Trump habría ofrecido al laboratorio la suma de 1.000 millones de dólares por hacerse en exclusiva de la patente.
Ello trajo el malestar de la Unión Europea, expresado por su presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen: "el hogar de CureVac está aquí, pero sus vacunas beneficiarán a todos, en Europa y más allá".
A su vez la vocera del Ejecutivo alemán, Urike Demmer, declaró: "Nuestros laboratorios están trabajando para conseguir una vacuna para todos, sin exclusividades".
El presidente de CureVac fue reemplazado sin mayores explicaciones.
De todo lo anterior surge, a nuestro entender, que el actuar con rapidez de modo de enlentecer el contagio, con el fin de dar asistencia hospitalaria a quien lo necesite, es una decisión adecuada. También, el proceder en forma escalonada -como lo está haciendo el Poder Ejecutivo- al disponer distintas medidas que sin duda restringen la libertad de los ciudadanos, pero ellas son, lamentablemente, tan necesarias como imprescindibles.