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La esencia y el sonido
Por Francisco Berchesi
Toda acción tiene su reacción. Y justamente en el Derecho, lo segundo muy importante.
La novel Ley de Urgente Consideración cuenta con más de cuatrocientos artículos, con los cuales se pretende un cambio de rumbo. Además de estos, sean dos o quinientos, lo que importa es su mensaje. La resonancia que tiene una ley en la sociedad es un factor del que no se suele disertar.
Sin dudas que el cuerpo de la ley es el factor de mayor importancia en la ecuación, es en definitiva su esencia. Pero a su vez resalta el factor de impacto. Este es cómo resuena esta ley en la sociedad y por qué no, en el mundo entero.
Un gobierno que llega a combatir frontalmente la delincuencia, en lugar de temerle y por qué no, respaldarla, sin afectar los derechos de las personas sino haciéndolos valer, sin afectar la seguridad sino fortaleciéndola, sin más o menos fuerza sino estricta legalidad, es un gobierno en serio.
Esto es, primero, la cristalización de lo prometido en la campaña: imponer el orden con autoridad. Palabras tan temidas en una sociedad cada vez más tibia y en consecuencia permisiva como la nuestra. Se trata de devolverle la libertad a la gente, sin vueltas.
El gobierno saliente pretendió, con éxito, aislar y limitar el poder de acción de las fuerzas del orden. Parece que la autoridad es ejercida por villanos inoperantes, llegando a cuestionarse asiduamente la presunción de inocencia de estos. Y estas construcciones se generaron justamente con mensajes emitidos a lo largo de todos estos años, que pasan por suerte.
Estos mensajes de impunidad al delito y limitaciones al accionar de la policía se traducen directamente en cifras record de homicidios y rapiñas como sucedió el año pasado. Paradójicamente, el mayor responsable de esta tragedia histórica acaba de asumir su banca en el Senado.
El mensaje en definitiva es el respaldo con el que comienzan a actuar las fuerzas del orden, el aumento en la tranquilidad de una sociedad castigada y temerosa, el tener que pensar dos veces antes de delinquir al saber que la ley se va a ejercer y cumplir. El mensaje incluso trasciende nuestras fronteras nacionales, siendo un mercado más atractivo a nivel laboral y social para posibles inversores extranjeros.
La Ley en su esencia es esto, pero también es su mensaje. Pretende ser una caja de resonancia, en principio, para todos aquellos comprendidos dentro del territorio nacional, quienes además de estar amparados jurídicamente por ella, estarán amparados en su espíritu y actuar diario.
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