Por Carlos Mecol
Uruguay debería adelantarse a algunos avances que vienen dándose en el mundo y no esperar cuarenta años para ser furgón de cola
Es lo que se viene, nos guste o no. En muchos casos policiales hoy ya no se recurre a huellas dactilares, sino a encontrar rastros de ADN en la escena del crimen o delito. El problema es que aún no tenemos un banco de datos con todos los ADN de los uruguayos. Así que es muy probable que en un futuro se exija a recién nacidos ese examen, para evitar demoras y trámites, como los que se dan cuando se hacen exámenes de ADN a sospechosos de delito.
Otro punto de interés en los que se aplican exámenes de ADN resulta cuando se investiga paternidad. Todos sabemos que la maternidad es cierta, pero no así la paternidad. De ser obligatorio el examen de ADN a recién nacidos, también se terminaría con ese problema, y muchas idas y vueltas en problemáticos juicios. Además, operaría en beneficio de la igualdad que tanto se habla; -pero no tanto se practica-. De concretarse, tanto padres y madres serán auténticos y los hijos sabrán siempre quienes son sus verdaderos padres biológicos, y esto si será importante.
Es impensable las fronteras que se abren en materia médica y de prevención de enfermedades...
Así que como casi todo en nuestro Uruguay... podemos esperar a que se implemente en todo el mundo, y recién años después llegue y se imponga aquí; o que algún diputado de vanguardia lleve nuestra propuesta concreta al Palacio Legislativo, y le evitemos importantísimos problemas a tantos uruguayos. En ellos y en más y mejor justicia pensamos.