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Carnaval oficial

Por Frank Zorzin

Frank Zorzin es un compatriota que vive entre Uruguay y Alemania, donde mantiene parte de sus actividades profesionales. Nos ha prometido una serie de notas para establecer comparaciones entre los comportamientos de los alemanes y los uruguayos, una propuesta muy interesante para una sociedad, como la nuestra, que tiene que superar una serie grande de prejuicios ideológicos y culturales. Esta es la primera de esas columnas

Tesla, la empresa que se dedica a hacer autos eléctricos, pondrá una planta de armado en Alemania cerca de Berlín en 300 hectáreas, y proyecta estar construyendo 500.000 unidades del tipo "MODEL 3" y "MODEL Y" para 2023, empleando 4.000 personas.

La inversión inicial es de 4.000 millones de euros.

No goza de franquicia impositiva y no le dan en concesión ningún muelle de los puertos hanseáticos.

Esas 300 hectáreas son monte artificial privado en monocultivo de abeto para uso industrial.

El inversor repondrá el espacio verde en otro lado con un bosque mixto de área equivalente.

Contra la tala protestan ciudadanos del espectro político radical de oposición y uno esperaría reencontrarse con sus reclamos en parodias de carnaval, pero no aparecen y me preguntaba por qué.

El que tiene la oportunidad de vivir en dos mundos (Uruguay y Alemania) y conoce la idiosincrasia y problemas de ambas sociedades occidentales, busca -y encuentra- paralelismos.

El más notorio es el síndrome de "Parda Flora" en las minorías. Ese es parejito. Nada tenemos que envidiar a los teutones, ni ellos a nosotros.

Por lo que me puse a escuchar lo que dicen los parodistas en el carnaval alemán, para saber si son igual de reaccionarios que algunas murgas uruguayas.

En el carnaval alemán también existe la patente de corso. (Aclaro que el "corso" de carnaval no tiene nada que ver con los corsarios a los que se le daba permisos "especiales")

Se supone que en carnaval no se censura ni penaliza por lo que se dice, siempre que se haga en el marco de la Ley. Está prohibido amenazar de muerte, mostrar simbología nazi, negar el Shoá, usar expresiones racistas o dañar la dignidad de la persona.

Mucho menos se incita a la violencia, se hace apología del delito o se llama a la desobediencia civil.

Ese Rubicón no se atraviesa.

La "ley no escrita" dice: "puedes ser bufón y reírte del Rey, pero te aconsejo ser cauto y pensar a futuro, por si al Rey se le termina la paciencia o es reemplazado por otro".

Cuando al parodista alemán ocasionalmente se le va la moto, le cae un ejército de demandantes que lo ponen en su lugar.

¿Notan algo?

El parodista uruguayo calcula que no hay mañana, y parece creer que el rey que lo cobija, reinará eternamente.

Que los parodistas uruguayos simpatizan con el espectro de izquierda no es nada nuevo, y "se me hace" que, en los últimos lustros, la crítica se ha puesto cada vez más "benévola" con el gobierno, a cambio de favores con publicidad oficial, prebendas o subvenciones.

Me entristece que mengüe el humor crítico con el gobierno. No me parece que sea por falta de fondos, ranking, actores o guion.

Recuerde lo bien que vendían Humo®, El Dedo y Guambia, lo brillante que era "el Chicho" o los diferentes personajes de "la cola" de Decalegrón.

La crítica bien fundada que lleva al absurdo dichos, actitudes y situaciones: vende. Y cuanto mejor se haga, más vende. Cambiará la forma de presentarlo a través del tiempo. Pero no el "formato".

Si me preguntan, falta porque los medios de prensa temen por sus tajadas de publicidad oficial si enojan al "Rey". Ya vimos de lo que es capaz Presidencia cuando se enoja.

No creo que sea de urgente consideración, pero celebraría si a la brevedad se lleva a cero la publicidad oficial.

Lo que a mi criterio dignifica el carnaval, es que durante meses los diferentes actores aportan horas de su tiempo para confeccionar disfraces, construir carros alegóricos, crear letra y ensayar. De forma independiente, con fondos propios y sin la presión de tener que rendir pleitesías.

En relación a ello, comparé nuestro "Canal Oficial" con los canales oficiales alemanes.

El directorio de uno de los "canales oficiales" (ZDF) está integrado por 60 miembros, que representan diferentes grupos de la sociedad. (gobernaciones provinciales, gobierno central, iglesias judeo-cristianas, preservación del medio ambiente, sindicatos públicos y privados, empleados y empresarios privados, agro, oficios y prensa).

Los miembros del directorio no viven de esto. Son compensados con 520 € mensuales, además de 150 € de viáticos por cada reunión de directorio. A modo de ejemplo, en el año 2018 se gastaron 410 mil € en pagos a miembros del directorio y 83.500 € en pagos de viáticos. Austeridad republicana.

Es financiado por una cuota de 17,50 € mensual, que debe pagar cada hogar independientemente de la cantidad de personas que lo integren. En contrapartida, la emisión al aire no tiene publicidad y la calidad de programación, frente a los canales privados, es buena.

La programación consta de documentales sobre hechos históricos, vida salvaje, medio ambiente, culturas de todo el mundo, deporte, temas de actualidad, comedias, policiales, y, mecha ocasionalmente programas de parodias y sátiras culturalmente muy elaboradas. Se nota mucho estudio previo profundo y serio, además de un noticiero que informa lo más relevante de la jornada en 10 minutos, sin repetir ni comentar cada suceso en un show mediático.

En fin, una programación que parte de la base que el televidente no es imbécil.

En Uruguay seguimos poniendo en el Canal Oficial a un representante obediente del gobierno.

Usted extraiga sus conclusiones.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.