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Sensibilidad atemporal

Por Francisco Berchesi

La historia y la política nos pueden dar muchas lecciones para proyectarnos hacia el futuro.

"Está ganando espacio la intransigencia y sólo con el tiempo el Uruguay entenderá que, antes de perder la democracia, perdió la tolerancia". De "La agonía de una democracia", del Dr. Julio María Sanguinetti, describiendo el período inmediatamente anterior al golpe de estado.

Esas palabras que nos describen el pasado y, queriendo hacerlo, nos advierten sobre el futuro. Precisamente, al estar parados en ese lapso que se ubica en el "antes de", en el cual venimos perdiendo progresivamente la tolerancia en la región.

La mayor dificultad del escritor es transmitir estos microclimas al lector. Concientizarlo y hacerle llegar esa emoción del momento, esa sensación de alerta y precaución que sentimos a veces al escuchar a alguien, lo que se traduce -o al menos es la intención- en prevención y aprendizaje a futuro.

La trasmisión de estos microclimas significa un contrapeso a esa distracción inevitable en la que incurrimos todas las personas, para retrotraernos a aquella realidad que supo ser y, quizás también, tal vez vuelva.

La dificultad está en que incluso si le llega ese sentimiento, la persona naturalmente retoma sus actividades y deja atrás todo aquello que lo impactó algún tiempo atrás.

Tantas veces hemos oído mencionar que la política no gusta y que la historia no sirve... Pues déjennos decirles que la escena nacional y regional es preocupante y ambos factores -el desprecio a la política y a la historia- son directamente responsables de ello.

La instalación de un clima bélico es lo que nos ha venido contaminando hace algunas décadas. Guerra entre sexos, guerra entre clases sociales, guerra entre barrios, guerra entre bandas de narcotraficantes; en resumen, ese clima nos deja una sociedad como la actual, constantemente crispada y en conflicto, con records de homicidios, rapiñas y otros delitos.

La URSS en su momento y el Foro de San Pablo hoy en día. La dictadura brasilera en aquel tiempo y las revueltas sociales de la región hoy. Agentes externos operaban antes y ahora se repite. Son otros los actores, pero iguales sus objetivos: agitación y debilitamiento institucional.

"Hecho que, incluso, nada tenía que ver con los propósitos de la mayoría de sus actores, arrastrados en una secuencia que los fue llevando de acción a reacción, y de reacción a acción, a consecuencias inicialmente tan impensadas como queridas". Como reza otro fragmento de la misma obra, a veces se fuerzan ciertas tensiones para provocar una reacción. Así como hoy en día vemos agresiones diarias al cuerpo policial, en el momento en que destratan a algún civil (aun sin pruebas) son condenados por gran parte de la sociedad. El problema es pasar por alto la raíz de estos asuntos y no ver dónde comienzan, porque allí es donde hay que actuar.

Hoy en día no tenemos la revolución cubana como en 1959, pero tenemos organizaciones criminales con gran poder y objetivos de control territorial. Por esto es que luego surgen los discursos revanchistas y los personalismos políticos, por no actuar a tiempo, por no aprender de la historia haciendo un buen uso de la política.

El llamado es a ser responsables, con nuestra formación y nuestro manejo, nuestros apoyos y nuestra república.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.