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Sonrisas que auguran futuro

Por Fátima Barrutta

Como dice el viejo aforismo, una imagen vale más que mil palabras.

La foto pertenece a Gastón Britos, de Foco Uy, y corrió como reguero de pólvora en las redes sociales. Es una instantánea de la marcha realizada el lunes pasado por la avenida 18 de Julio, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Muestra a la vicepresidente electa, Beatriz Argimón, mirando a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja a la candidata para el mismo cargo, la frenteamplista Graciela Villar, quien también le sonríe.

Pasada una campaña electoral llena de tensión, enojos, agravios, sospechas y anatemas, esa imagen, captada a escasas horas de un resultado electoral ajustado, aportó una necesaria brisa de aire fresco, una descompresión del clima y un ejemplo colosal de la fortaleza de la democracia uruguaya.

Adversarias sí, enemigas nunca.

Representantes de dos diferentes modelos de país, de dos familias ideológicas diversas, sí. Pero enemigas nunca. Sororidad siempre.

Las sonrisas de estas dos queridas mujeres que se miran a los ojos son también una lección de tolerancia y civismo.

Llegó la hora de construir y el país se construye entre todos.

Respetando la voluntad popular y al mismo tiempo tendiendo la mano a quien piensa distinto, pero comparte el ánimo sincero de superar los grandes desafíos nacionales.

Y las mujeres solemos dar cátedra en este talante constructivo, en comparación con una grey masculina que muchas veces se solaza en ahondar diferencias, heredando tal vez la belicosidad de los malevos de otros tiempos y de los duelistas y guerreros del pasado remoto.

Cuando hablamos de superar los grandes desafíos nacionales: vaya si lo es la eliminación de la violencia basada en género.

Podemos discrepar en el diagnóstico: si lo que más incide en este flagelo son los sesgos culturales heredados de la concepción patriarcal, o si se enmarca en un descaecimiento general de valores de convivencia. Pero lo cierto es que la tragedia está ahí, nos golpea el rostro todos los días, con la barbarie del crimen puertas adentro del hogar, incorporando niveles de sadismo difícilmente asimilables por cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad y empatía.

Las mujeres decimos presente y rechazamos categóricamente la resignación. El Estado puede y debe ser el garante del principal de los derechos humanos, el derecho a la vida. Los índices de víctimas de violencia de género colocan a Uruguay en una vergonzante posición de privilegio a nivel internacional, y esta evidencia se da de cabeza con la civilidad y madurez demostrada por el pueblo uruguayo en su comportamiento electoral.

A un problema multicausal, hay que atacarlo de frente y sin miramientos, con una estrategia multicausal. Operando en favor de una óptima coordinación entre el sistema represivo y la justicia, pero también encarándolo con todo el énfasis que merece en la impostergable reforma educativa.

Pensar en todo lo que se ha gastado de los recursos públicos en estos años, para distribuir privilegios, y en la pésima administración de servicios estatales a cargo de políticos que jugaron a empresarios, y cómo en paralelo se retacearon las inversiones necesarias para hacer efectiva la ley integral contra la violencia de género, oportunamente votada en el parlamento.

Llegó la hora de sincerarnos y trabajar por resultados, en defensa de las mujeres vulneradas.

Y con todas las mujeres con responsabilidades de gobierno empujando para el mismo lado: el de una acción política superadora de nuestra profunda crisis de convivencia.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.