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El retorno del charruismo
 Como desde hace ya varios años, el charruismo, que no es más que una falacia histórica, resurge con el objetivo de denostar la figura del General Rivera y la de nuestra colectividad política. A través de un absurdo concurso por internet, que cuenta con la anuencia e impulso de la Intendencia de Montevideo, se alienta a una “votación virtual” para que el parque Rivera pase a llamarse parque Charrúa.
Desde el martes 3 de septiembre hasta el lunes 30 del mismo mes, la Intendencia de Montevideo puso a votación 12 propuestas que se presentaron mediante la plataforma Montevideo Decide y pasaron la etapa de “viabilidad técnica”. En dicha web, cualquier ciudadano con acceso a internet puede proponer “ideas” que, luego de la aprobación de la Intendencia Municipal, se votan virtualmente entre los usuarios registrados en la plataforma.
Dentro de las 564 “ideas” que se presentaron en 2019, 51 fueron “votadas” por más de 500 usuarios y lograron pasar a la etapa de evaluación de la Intendencia de Montevideo. De las 51 propuestas, la Intendencia entendió viable –aunque se desconocen los criterios utilizados– que los 30.500 usuarios logueados en la plataforma virtual puedan “votar” para enviar un proyecto de decreto a la Junta Departamental con el objetivo de cambiar el nombre del parque Rivera a parque charrúa.
Es innecesario explicar en detalle los motivos que permiten dar cuenta de la escasa representatividad de los 500 internautas que decidieron, en conjunto con la Intendencia de Montevideo, poner a votación tan descabellada idea que terminará, con seguridad, en la Junta Departamental de mayorías frenteamplistas.
Lastimosamente, no es la primera vez que unos pocos, alentados desde el partido de gobierno, arremeten contra una de las máximas figuras de nuestra historia, pretendiendo atentar contra los distintos símbolos que le rinden homenaje –ya sea la avenida montevideana que lleva su nombre (que también formó parte de las 564 “ideas votadas” en Montevideo Decide 2019) o en este caso uno de los grandes parques públicos con los que cuenta la capital.
Hace no mucho tiempo, nuestra colectividad política tuvo que soportar que un grupo de cobardes, escudados en el anonimato, empapelaran la Casa del Partido con carteles alusivos al supuesto genocidio del pueblo charrúa en el choque de Salsipuedes. No es la primera vez que sucede y, dada la complicidad de las autoridades gobernantes, no será la última.
Como ha explicado en más de una oportunidad el Dr. Sanguinetti, asistimos en el país a una floración de iniciativas destinadas a la exaltación de la tribu charrúa. Resulta inexplicable como hoy, a dos siglos de existencia independiente, algunos pretenden utilizar políticamente la rica historia nacional, denostando a figuras como la del General Rivera, a quien debemos los mayores esfuerzos en la lucha por la independencia.
La verdad histórica dicta que el General Rivera no fue participe de ningún genocidio. Como Presidente, le tocó librar en 1831 la controversial campaña en la que murieron 40 charrúas. Salsipuedes fue, como ha explicado la historiografía nacional, un enfrentamiento entre tantos que libraron los charrúas.
Finalmente, como también ha afirmado el Dr. Sanguinetti, quienes honramos la figura del General Rivera miramos con respeto al pueblo charrúa, pero no nos apegamos a ese trasnochado nacionalismo romántico que ubica al país en la mirada más primitiva de su pasado, atándolo a la violencia y al rencor por la sangre que derraman las civilizaciones en su proceso fundacional y no a los magníficos esfuerzos de tantos patriotas para consolidar la paz y abrir las rutas del progreso. |
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