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Uruguay se peleó dos veces más con Brasil y el gobierno vecino protestó

Siguen las ofensas del gobierno uruguayo a Brasil y a Bolsonaro. Mientras el ministro de Defensa José Bayardi ingresó en el tema inesperadamente, atacando al país vecino “al bulto”, el embajador de Uruguay en España hospedó en su casa al candidato opositor argentino, Alberto Fernández, quien también hostigó a Bolsonaro. La cancillería de Itamaraty sentó una fuerte protesta.

Antes de la elección brasileña, diversos voceros del gobierno uruguayo, perdiendo todo el sentido diplomático posible, comentaron en forma agraviante las posibilidades electorales de Jair Bolsonaro. Asumido ya como presidente, eso tuvo consecuencias, porque el primer mandatario brasileño se ha reunido ya dos veces con Macri y tres veces con el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez. La cancillería uruguaya gestiona una entrevista, pero no hay respuestas.

En vez de mejorar la relación, los portavoces uruguayos se empeñan en empeorarla. El ministro de Defensa José Bayardi, quien se abroga el derecho a hablar de todos los temas en vez de dedicarse exclusiva y responsablemente a la delicada temática que le compete, se lanzó con la idea de que Brasil debió haber sido sancionado en el Mercosur tras el proceso de destitución de la expresidente Dilma Rousseff.

Ante ese comentario, considerado agraviante por los brasileños al sostener que la destitución fue ajustada a Derecho, el embajador de ese país en Uruguay emitió un duro comunicado que, aunque intentó ser disminuido en su importancia por el ministro Nin Novoa, marca claramente la posición oficial de Brasil.

La comunicación no hace referencia a la extraña actuación del embajador uruguayo en España, Francisco Bustillo, quien hospedó al candidato opositor de Argentina durante una semana. Sosteniendo que son amigos, Bustillo rompió alegremente todos los criterios diplomáticos, ya que entre otras cosas Alberto Fernández se reunió en la casa del embajador con empresarios españoles a quienes interesó en invertir en Argentina, en una grosera colisión de intereses del dueño de casa.

Alberto Fernández ha hecho duros comentarios de Bolsonaro y este atacó duramente el proyecto kirchnerista, por lo que la gestión del embajador Bustillo aparece como menos inoportuna.

Brasil lleva nota de todos estos antecedentes. Siendo nuestro primer o segundo socio comercial, la gestión del gobierno, en su conjunto, resulta imprudente e irresponsable. Pero, ¿qué le hace una mancha más al tigre?
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.