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Los fuegos en la Amazonia

Por Jorge Ciasullo

La Amazonia es un área de 5.5 millones de Km2, habitada por 35 millones de personas. Se extiende por 9 países: Brasil, Perú, Colombia; Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, y Surinam. Nueve Estados de Brasil (Acre; Amapá; Amazonas; Ceará; Roraima; Rondonia; Tocantins; Mato Grosso y Maranhao) ocupan el 61% de la Amazonia, con 25 millones de brasileños.

Han sido ampliamente divulgados en todos los medios y en las redes sociales, fotos, filmaciones videos y entrevistas a defensores del medio ambiente, relacionadas con los focos de incendios en la Amazonia brasileña. No han faltado burdos videos, reproducidos vía WhatsApp, donde se veía animales en pánico huyendo de las llamas. Se ha llegado al ridículo de mostrar elefantes en esa situación, cuando jamás existieron elefantes en la Amazonia.

Curiosamente, nadie se ha referido a las quemas intencionales en Bolivia, para ampliar territorio destinado a la plantación de coca. En efecto, los defensores de Evo y compañeros gobernantes de la región, sostienen que esos focos, detectados satelitalmente, se deben una situación cultural y ancestral, derivada de la quema del sobrante de la cosecha de caña, que se realiza en el mes de agosto. El humo ha llegado a clausurar, por falta de visibilidad, el aeropuerto Viru-Viru de Santa Cruz de la Sierra.

El hecho es que todas las baterías están concentradas en Brasil, particularmente en el presidente Jair Bolsonaro, que, debemos admitir, se ha mostrado ambivalente.
 
Dejando de lado sentimientos y pasiones, admitiendo sí, que somos defensores del medio ambiente, intentaremos ser objetivos en el análisis de la situación.

 Los incendios en la Amazonia han sido tema principal de la agenda de los países integrantes del G7, reunidos día atrás en Biarritz (Francia). En esa reunión, se ofrecieron a Brasil, 20 millones de dólares en ayuda financiera para combatirlos. El gobierno de Brasil, declaró que sólo está dispuesto a recibir esos fondos, si la administración de los mismos será controlada por sus organizaciones.

Bolsonaro fue más allá: “Hace poco dije que Alemania y, en especial Francia, están tratando de comprar nuestra soberanía en cuotas”. “Cuando ustedes miran el tamaño de Brasil, la octava economía del mundo, parece que 20 millones es nuestro precio. Brasil no tiene precio 20 millones o 20.000 millones es lo mismo para nosotros” (21.08.2019).

Por otra parte Garret Marquis, portavoz de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, señaló en redes sociales, no estar de acuerdo con la iniciativa del G 7 porque “no se incluyó consultas con el gobierno de Jair Bolsonaro. La forma más constructiva de asistir los actuales esfuerzos de Brasil es en coordinación con el gobierno brasileño”.

Brasil distingue la amazonia en Legal e Internacional. La Legal, es aquél territorio de jurisdicción exclusiva de Brasil, es en ella en la que concentran las críticas internacionales, por los “focos de fuego” que se han detectado.

Debe distinguirse, por eso llamamos “focos de fuego”, entre “quema” e “incendio”.

 Quema, es una práctica en la agricultura que también se aplica en otros países (Paraguay- Bolivia), con el fin de preparar la tierra para nuevas siembras. Son legales, con períodos establecidos y están controladas. Puede, por accidente, derivarse en” incendio”, generando multas.

Incendio, se trata de fuego fuera de control, por causas naturales, accidentales o intencionales.

No debe olvidarse que Brasil tiene un sistema federal, por lo cual, muchas leyes estaduales, no siempre actúan de consuno con el gobierno central. Bolsonaro, días pasados ha prohibido las quemas en todo el territorio de la Amazonia.

En este último aspecto, es llamativo lo que se denominó “día del fuego”. Se trató de mensajes vía WhatsApp, de un grupo integrado por 70 personas- que están siendo investigadas- en el cual se convocaba a realizar incendios intencionales, el 10 de agosto pasado, en todo el territorio de la amazonia brasileña. Lo curioso es que sus organizadores alegan, que ello fue en apoyo a Bolsonaro y su política ambiental (?). Esta acción, fue denunciada y documentada por la Red Globo, en el sentido que el Ministerio del Interior, había advertido al Ministerio de Medio Ambiente, de la proyectada acción criminal.

En los hechos, se detectaron 40.341 focos de incendio, 41% de aumento en relación al mismo período del año 2018. Se quemaron 18.600 km2, 74% más que el promedio de los 9 años anteriores. Los incendios, según técnicos de Brasil, están directamente relacionados con la deforestación que desde el año 2012 muestra un aumento sostenido. En ese sentido, entre los años 2013 a 2018 presentan un aumento de 28% anual pasando entre 2018 y 2019 a un aumento de 40%.

En el ámbito internacional, desconciertan las posiciones disímiles del Ministro de Relaciones Exteriores y del Ministro de Medio Ambiente Ernesto Araújo y Ricardo Salles respectivamente. El primero no cree en el calentamiento global y el segundo relaciona los incendios con la deforestación y el cambio climático.

Probablemente, esa dicotomía y también por algunas declaraciones anteriores de Bolsonaro, en el sentido de realizar acciones para aumentar la producción en el Amazonia, lo que indefectiblemente lleva al avance sobre la selva e incluso usar fondos para ayudar a los productores, es que llevó a la reacción- amenazas- particularmente de Noruega y Alemania.

Estos dos países integran el Fondo Amazonia, destinado a captar donaciones no reembolsables, para inversiones en proyectos de prevención, monitoreo y promoción de la conservación y sustentación de la Amazonía.

En el período 2008-2018 se financiaron 103 proyectos por casi 1.300 millones de dólares. Correspondiendo a Noruega 1.220 millones (94,1%), Alemania 68 millones (5,3% ), y Petrobras 7,8 millones(0,6%). El pasado 15 de agosto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Noruega Ola Elvestein, anunció que retendría la colaboración del corriente año, por la suma de 33 millones de dólares, seguida inmediatamente por Alemania que debía contribuir con 39 millones de dólares. Se argumentó, que ello se debía a la dirección que estaban tomando los fondos, en alusión a que el gobierno de Bolsonaro los estaría destinando a compensaciones para agricultores de la zona, en lugar de a proyectos de conservación de la Amazonia.

A todo esto, se agregan amenazas económicas de grandes empresas europeas y americanas en el sentido de no adquirir cueros o carnes y productos alimenticios como la soja de Brasil, como “castigo” por su política ambiental.

¿Pero, cuál es la realidad en el mundo, relacionada con la contaminación atmosférica? Cuando Estados Unidos se retiró del Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, la BBC (2018) realizó un estudio sobre las emisiones de metano en la atmosfera, un gas que es de los que más contribuyen al efecto invernadero, derivado de las actividades humanas, como la extracción y procesamiento de gas y petróleo, la cría de ganado, los cultivos de alimentos y los vertederos. El resultado de "producción” de gas metano en toneladas métricas (millones) fue el siguiente: China 1.752; India 636; Rusia 545; USA 499; Brasil 477.

También, puede consultarse el informe sobre contaminación atmosférica europea emitido por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) : Air quality in Europe-2018, donde se establece que los niveles de contaminación superan los límites establecidos por la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de la Salud ((OMS), y son claramente, un riesgo para la economía y la salud humana, lo que se refleja en los índices de enfermedades derivadas de las partículas de aire que se quiera o no, ingresan al organismo de las personas.

La Amazonia Brasileña es tan enorme como compleja, por eso tiene organizaciones que cuidan el medio ambiente, desde el Ministerio del Medio Ambiente, pasando por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), hasta grupos de ONGs, y privados que también lo hacen. No olvidemos que ya desde los años 70, Tom Jobin y Roberto Carlos, fueron quizás los primeros “influencer” se diría hoy, que se preocuparon con el medio ambiente a través de sus acciones y sus maravillosas canciones. Como decía Tom Jobin: no debe presentarse al Brasil como que sus habitantes no respetan a la naturaleza, ponen monos en jaulas y matan árboles. No es así y no es Brasil el malo de la película.

En definitiva, no parece el camino adecuado, ni las intransigencias por un lado, ni las amenazas por otro. Ni Jair Bolsonaro, ni ningún brasileño aceptará amenazas y condicionamientos. La soberanía de Brasil sobre su territorio es un derecho inalienable, pero no es absoluto, porque está, en cierto modo, limitado por el Derecho Internacional, pero sí se podrá negociar, tal vez con un mea culpa, en el sentido de que “nosotros también contaminamos” busquemos soluciones globales a través del acuerdo de Paris por ejemplo, y dejemos de lado intereses económicos o políticos y hasta sociales que sin duda están participando en el juego y concentrémonos en una solución de consenso y sobretodo justa.

En relación a Brasil, apliquemos el lema del Fondo Amazónico: Brasil cuida. El mundo ayuda. Todos ganan.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.