Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

El Gucci-gate o el juego de las miserias

El affaire en torno a la incorporación y posterior veto de Gustavo Serafini (“El Gucci”) al armado electoral del Frente Amplio, da cuenta de la doble cara del candidato presidencial Daniel Martínez, así como de su fragilidad ante las presiones.

Los medios han informado abundantemente sobre los hechos, respecto de los cuales el reconocido cantante se ha explayado abundantemente (sin ser desmentido).

La apretada síntesis de los hechos es la siguiente.

“El Gucci”, quien ya había participado en su rol artístico de campañas vinculadas al Frente Amplio (la campaña departamental de 2015 y la campaña por el “No a la baja”), luego de las internas, fue contactado por el comando de Daniel Martínez para que se incorporara a la campaña electoral no ya como músico sino como candidato porque —así se le dijo— tenía llegada a “los jóvenes y los pobres”. No fue Serafini el que pidió incorporarse sino que lo fueron a buscar.

Daniel Martínez siempre estuvo informado acerca de ese pedido de incorporación y lo aprobó. Por ese motivo, cuando fue anunciado por la agrupación “Baluarte Progresista” que Serafini sería el segundo candidato en su plancha a la Cámara de Diputados, Martínez aceptó comparecer sonriente junto al artista.

Inmediatamente, desde agrupaciones feministas y de figuras frenteamplistas, como el Intendente Christian Di Candia y Fabiana Goyeneche, se levantaron voces de rechazo por las imputaciones de que Serafini fue objeto por parte de algunas mujeres y que la Justicia no sólo nunca consideró probadas sino que —yendo un paso más— ordenó a las denunciantes que se retractaran.

Ante la polvareda que se levantó, Martínez decide solicitar a Serafini que renuncie a una candidatura que él nunca había pedido (fue al revés). “Martínez me dijo que si me bajaba no era por convicción sino porque las mujeres estaban sensibles”, señaló Serafini que le dijo el candidato presidencial sin ser desmentido en ningún momento.

El episodio sería absolutamente menor si no fuera porque da cuenta del doblez de Martínez, quien cultiva un discurso políticamente correcto no por convicción sino por puro oportunismo. Y además pone de relieve cuán lábil es el candidato frenteamplista ante las presiones. ¿Esas son las condiciones que los uruguayos necesitan en un Presidente de la República?

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.