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Argentina otra vez en la incertidumbre

Los sobresaltos a los que nos tiene acostumbrados el país vecino, desde siempre, llenan otra vez de incertidumbre el panorama regional, cuyos procesos de integración comercial se verán otra vez postergados y discutidos. La inestabilidad argentina provocará daños a la economía uruguaya y los cambios políticos que se avecinan no arrojan por ahora señales claras. Algunos dirigentes frenteamplistas quisieron llevar agua para su molino, sin advertir que las comparaciones son siempre odiosas y, en este caso, peligrosas.

La elección argentina provocó en algunos interlocutores vernáculos una hipersensibilidad inconveniente. Por un lado, algunos dirigentes frenteamplistas se apresuraron a sostener que los candidatos opositores, Lacalle Pou y Talvi, son iguales a Macri; y, por el otro, sostuvieron que el “proyecto popular” había triunfado allá y —por lo tanto, como si todo fuera una réplica matemática— también triunfará en Uruguay. Esos mismos personajes no han emitido acá ninguna expresión de repudio sobre la corrupción K.

Mientras tanto, los portavoces criollos se olvidaron del daño gravísimo que los gobernantes “progresistas” del otro lado le provocaron a nuestro pequeño país, bloqueando los puentes y atacando a nuestro puerto. Los personajes ahora vitoreados por los aplaudidores de turno son prácticamente los mismos que se ensañaron contra Uruguay en forma totalmente injustificada. No hubo “progresismo”, ni causa popular, ni “patria grande”, ni hermandad, sino una hostilidad que el kirchnerismo en su conjunto llevó adelante contra Uruguay.

Esperemos que, si se confirma el triunfo electoral del Dr. Alberto Fernández en octubre próximo, no se vuelva a ese tiempo de enemistad. Se sabe que el Dr. Fernández no es igual que la ex presidente Cristina Fernández, por más que ella esté detrás de él. Ojalá sea así y que Argentina no sea una traba para seguir avanzando en los proyectos regionales, como el que se insinúa con Europa en materia de libre comercio y con Estados Unidos a través de sus conversaciones con Brasil. La era “progresista” comandada por Lula y por los Kirchner significó la politización absoluta del Mercosur y su paralización como bloque comercial. Sería lastimoso retroceder nuevamente en esa materia.

Pero hay otras lecturas. El candidato oficialista Daniel Martínez indicó que el pueblo argentino votó contra un proyecto económico equivocado —el de Macri, que no fue un proyecto sino una inconveniente mezcla de indecisiones— con lo que, en algún sentido, da pie a creer que el proyecto contrario, el de los Kirchner, es un proyecto correcto, lo que resulta en extremo temerario.

Somos países distintos, con sistemas políticos distintos y con elencos partidarios muy disímiles. Establecer falsas comparaciones es un ejercicio inútil y hasta peligroso, porque se corre el riesgo de quedar del lado de “los malos”…

Esperemos que Argentina pueda recomponerse, superar sus históricas grietas y no repetir los errores del pasado, que son reiterados. Pero dejemos que los argentinos se encarguen de su destino, mientras nosotros hacemos lo propio con nuestras decisiones, sin soñar con “patrias grandes” —siempre inconclusas y engañosas— y encarando nuestros problemas, que son graves y persistentes y requieren lo mejor del esfuerzo y la perseverancia de los uruguayos.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.