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Inequidad en el sistema educativo

Por Marcela Pérez Pascual

“La situación del sistema educativo uruguayo es muy poco republicana” sostuvo uno de los miembros de la comisión directiva del INEED tras la presentación que hizo del estado de la educación en nuestro país. La mencionada institución, por mandato legal, elabora un informe acerca de la situación de la educación cada dos años siendo este el tercer informe.

El hilo conductor del referido informe es la inequidad. Esto llama poderosamente la atención ya que el gobierno actual y desde hace 15 años, es de izquierda. Corriente política que se jacta de ser la única que realmente favorece y ayuda a los más desfavorecidos.

Cabe resaltar que Wilson Netto, Presidente del CODICEN, sugirió que la divulgación del informe fuera postergada hasta que culminara el ciclo electoral. Actitud muy poco profesional y sesgada, por decir lo menos.

Al criticar el documento sostuvo Netto que es un informe que “no termina de ofrecer una visión completa de la coyuntura del sistema educativo”. Llama la atención que se base en esto para criticar el informe, cuando debería ser de su conocimiento que el propio organismo evaluado, la ANEP, no proporcionó datos. Parecería que Netto es censor de su propia omisión.

El Prof. Pablo Cayota, miembro de la comisión directiva del INEED, sostuvo que “El día que fluya la información de la ANEP como debería hacerlo en base al marco legal vigente, ese día la INEEED podrá hacer los informes de una manera más completa.”

El estudio resalta lo que venimos sosteniendo hace tiempo; la educación en Uruguay viene en franca caída y para poder recuperarnos, lamentablemente, nos va a llevar varios años. Son generaciones enteras a las que se ha perjudicado.

El documento del INEED menciona que el contexto de los centros educativos es clave en el desempeño de los alumnos. A modo de ejemplo mencionamos que ocho de diez estudiantes de tercero de liceo de las zonas más vulnerables, no saben hacer un promedio matemático. Este porcentaje cambia radicalmente en los barrios más favorecidos siendo que siete de cada diez logra realizar un promedio matemático.

“La inequidad implica que los logros de los estudiantes varían según su origen socioeconómico y cultural”, dice el informe en cuestión. Esto es algo que no podemos permitir y para lo cual debemos trabajar.

En una escala del 1 al 5 (siendo 1 el nivel de desempeño más bajo), los escolares que asisten a colegios privados obtienen 4 en lectura. Los estudiantes de las escuelas de los contextos más desfavorecidos están en un nivel 2.

La asignación de recursos no siempre favorece a la población más vulnerable. La misma depende de la oferta educativa, el tipo de centro, la matrícula, la conformación de grupos y sobre todo, de la elección de horas docentes. Los docentes de mayor grado, más antigüedad y por ende más experiencia eligen sus horas primero eligiendo centros educativos con menos carencias. A la inversa los docentes con menos experiencia se concentran en los institutos más carenciados.

Si bien los salarios han aumentado, todavía son inferiores a los de otras ocupaciones que requieren menos capacitación. A modo de ejemplo quienes se desempeñan en servicios públicos de electricidad, gas y agua tienen promedios salariales más elevados que los docentes (50% mayores). Este es uno de los factores que desprestigia la profesión docente, por eso es que venimos insistiendo en que hay que revalorizar la labor docente. Todo ello influye para que quienes ingresen a la formación docente sean los que están menos calificados, lo cual impacta directamente sobre la calidad educativa. La población que toma esta opción es la que tiene un mayor rezago estudiantil, desempeño más bajo en matemática y ciencias, así como un menor estatus socioeconómico y cultural. Este es otro desafío, para nada menor, que tiene, por un lado, la política educativa: fortalecer la formación docente y, por otro, la política en general: revalorizar, en todo sentido, la función docente.

Es llamativo, y ameritaría un análisis más profundo por parte de las autoridades, el nivel de ausentismo de los docentes. El informe señala que los maestros se ausentaron en promedio 20 días al año, el 11% de los 180 días de clase. De estas ausencias el 40% fueron por enfermedad y dentro de esta los motivos psíquicos son los más recurrentes. Un quinto de los docentes falta más de 18 días al año y el 48% de los docentes faltó menos de 10 días. Es inevitable que esto no repercuta sobre la educación y la formación de los estudiantes.

El actual Presidente de la República ha afirmado que “nunca se invirtió tanto en educación”. Claramente esta inversión que se resalta y de la cual se enorgullece el gobierno del FA, no se ha visto reflejada en los egresos estudiantiles liceales, en los conocimientos y habilidades adquiridas por nuestros alumnos ni en una revalorización de la profesión docente. Nuestro país continúa estando muy por debajo de los promedios regionales, sólo 4 de cada 10 jóvenes termina el liceo. Por lo tanto, tal como menciona el informe “los estudiantes de nuestro país no están transitando por el sistema educativo, egresando y logrando desempeños de manera equitativa.”

Capítulo aparte, y tema para mi próxima columna, será el análisis de la situación de los estudiantes con discapacidad o necesidades educativas especiales, ya que el tema lo amerita y es de suma importancia.

Es evidente que el sistema no logra otorgar más recursos a los centros que más lo necesitan. Las políticas públicas no han revalorizado la carrera docente dándole el prestigio que le corresponde. Esto lleva a que quienes optan por esta profesión sean quienes tienen un nivel socioeconómico y cultural más bajo y cuentan con menor desempeño.

Queda claro entonces que todo el dinero invertido y los distintos planes realizados en estos 15 años por los gobiernos de Frente Amplio han fracasado. Confiamos en que esto se pueda revertir, si bien somos conscientes de que no se logrará tan rápido como es necesario y nos gustaría.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.