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Cancillería: entre la torpeza y la iracundia

Por Tomás Laguna

El enano del sur le pego una patada en los tobillos al gigante del norte y luego se golpeó el pecho para demostrar cuan valiente es. Las destemplanzas del Canciller lo llevan a no medir las consecuencia de sus actos.

En abril de 2001 nuestro país sufrió un explosivo brote de aftosa que se expandió rápidamente por el país. Instantáneamente quedamos marginados de todos los mercados para exportar carne. El gobierno del Dr. Batlle instaló en nuestra embajada en Washington un agregado sanitario. El primer mercado que se abrió a nuestro preciado producto fue precisamente los Estados Unidos bajo un nuevo formato, libre de aftosa con vacunación. A partir del reconocimiento de los Estados Unidos se fueron abriendo otros mercados.

Apenas un año más tarde, la crisis financiera viral del Río de la Plata dejó a nuestro país al borde del default, con una tremenda caída social a partir de una corrida bancaria como nunca había conocido nuestro país. El FMI se negaba a asistirnos a partir de una actitud fundamentalista de su directora de entonces. Los fondos del Departamento del Tesoro fueron la fuente de oxígeno a partir de la cual recuperamos primero el aliento y luego la capacidad de reacción para encarar en los siguientes años la mayor expansión económica a partir de la bonanza de los valores internacionales de los alimentos. Una vez más fueron los Estados Unidos la tabla de salvación.

En 2014 caducaban con la Unión Europea los beneficios del Sistema General de Preferencias previsto para naciones en desarrollo, por lo que nuestras exportaciones de cítricos con ese destino se volvían económicamente inviables a partir de los nuevos costos arancelarios. El otro mercado posible, el norteamericano, era inaccesible por exigencias sanitarias. Debemos reconocer en el Ministro Tabaré Aguerre el esfuerzo por lograr los necesarios reconocimientos sanitarios, los que se obtuvieron en el año 2013, justo un año antes de perder el mercado europeo y muchos años antes que Argentina, competidor directo. Hasta la fecha se ha constituido en el mercado alternativo para nuestros cítricos.

No es diferente la condición de la miel. Entre los años 2005 y 2009 Alemania fue el principal destino llegando a representar el 87% del total exportado en 2008 y 2009. Las exigencias de calidad que han oficiado de barreras no arancelarias obligaron a redireccionar las exportaciones. A partir de 2010 E.E.U.U. pasa a ser el principal destino, llegando a representar el 97% de las exportaciones de Miel en 2012. En los últimos años el mercado norteamericano representa en el entorno del 45% de nuestras exportaciones de miel, aún a pesar de la caída en el valor del producto como consecuencia de las mieles estiradas artificialmente.

Más recientemente festejamos alborozados la habilitación del mercado norteamericano para nuestras carnes ovinas con hueso. Un reconocimiento sin duda diferencial y exclusivo para nuestro país por parte de las autoridades norteamericanas. Seguramente pesaron los reconocimientos sanitarios que nuestro país ha logrado internacionalmente a partir de sus políticas sanitarias instrumentadas con posterioridad al episodio de aftosa de 2001.

Como sea, desde las crisis sanitarias y económico financieras de principios de siglo en adelante hemos tenido en los Estados Unidos el apoyo oportuno en cada una de las difíciles instancias que nos ha tocado vivir como pequeña nación exportadora. Reconocimientos sanitarios cuando otros países no nos lo otorgaban, apertura de mercados, apoyos directos en las crisis económico/financiera cuando el Fondo Monetario Internacional nos quería dejar hundir.

Más aún, hoy podríamos tener un tratado de libre comercio con el preciado mercado americano, si no lo tenemos es porque las teorías conspirativas y los preconceptos ideológicos nos llevó a negarnos al mismo.

De pronto, sin aviso previo ni antecedentes que lo ameriten, surge este episodio absurdo, dónde la Cancillería se desensilla corcoveando ofendida por el comunicado del gobierno norteamericano en el cual previenen a sus ciudadanos por las inseguridades que se viven en nuestro país (se demoraron, es una prevención que debieron haber avisado antes...) Lejos de la templanza que debe caracterizar a un canciller, el Sr. Nin Novoa se desgarró las vestiduras haciéndose el ofendido y emitiendo un comunicado absolutamente fuera de contexto, grosero, apelando a recientes desgraciados episodios de violencia en los Estados Unidos, para a su vez alertar sobre el peligro de viajar a la nación del norte. La situación es surrealista y grotesca. Porque además del absurdo comunicado, en el paroxismo de su excitación iracunda se arrogó la destemplanza de acusar a los Estados Unidos de querer interferir en nuestros procesos electorales “como lo demuestra la historia de los últimos 50 años” (arriba los que luchan le faltó decir...). Estamos ante la mejor representación de “El idiota latinoamericano”, recordando aquel ensayo de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa publicado en 1996.

Para los bobos que siguen creyendo que hay un gigante siniestro en el norte del continente que nos quiere subyugar, y que todas nuestras desgracias nos son dadas por su accionar, reivindicamos el buen relacionamiento que nos ha permitido obtener apoyos estratégicos en los momentos más difíciles para nuestra economía. Y cuidado, que no se trata de lograr tratamientos preferenciales a cambio de la condescendencia o genuflexión ante el gigante del norte. Condescendencia y genuflexión que la izquierda sigue demostrando con el abyecto régimen venezolano, en particular el Canciller Nin Novoa cuando recientemente calificó al régimen de Maduro como una “democracia autoritaria” (sobran las palabras...)

Las buenas relaciones diplomáticas con el mundo son un deber de la Cancillería, salvo razones debidamente justificadas. Las buenas relaciones con la gran democracia del norte es, cuando menos, un acto de inteligencia estratégica. La que le falta al Sr. Nin Novoa para ser Canciller de la República.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.