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Desempleo incómodo
 La tasa de desempleo llegó al 9,8%, el guarismo más alto de los últimos 12 años. El dato, dijo el Ministro Astori, “no nos tiene nada cómodos”.
Pero no se trata de que haya subido el desempleo de junio, ubicándose 1,9% por encima de la estimación de junio de 2018. La tasa de empleo también empeoró: pasó de 56,8% en mayo a 55,3% en junio, y en relación a junio de 2018 se ubicó 1,7% por debajo (57% un año antes).
Ambos datos, empero, deben completarse con las cifras de actividad. La Población Económicamente Activa (PEA) está conformada por quienes trabajan o buscan trabajo. La tasa de actividad disminuyó: de 61,9% en junio de 2018 a 61,3% en junio de 2019. Y también disminuyó respecto de la tasa de actividad de mayo de 2019, que se ubicó en 62,3%.
Si tomamos en cuenta los trimestres, las tasas de actividad, empleo y desempleo fueron, respectivamente, para el trimestre abril-junio 2019: 61,7% (62,1% en 2018), 56,2% (57,1% en 2018) y 8,9% (8,0% en 2018). Como se advierte, las tendencias son idénticas, sea cuales fueren los períodos que se tomen en cuenta.
Eso significa que hay menos gente trabajando o buscando empleo. Empero, aunque haya menos gente en alguna de esas dos calidades (que implica que haya más personas que bajaron los brazos o están trabajando “en negro”), aun así cayó el empleo y subió el desempleo, o sea, ni aún con menor demanda de empleo, el mercado de trabajo pudo cubrirla. O sea, se siguen perdiendo puestos de trabajo.
Esto, naturalmente, se vincula con el estancamiento económico —que varios especialistas entienden que es recesión— y su correlato, que es la caída de la inversión.
Como se ha dicho en otras notas, el gobierno tiró la toalla y la consecuencia de la inacción gubernativa tiene consecuencias no ya para la futura administración —que la tendrá y mucho— sino en la vida cotidiana de los uruguayos concretos. |
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