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¡Dos ejemplos notables!

Por Julio Aguiar Carrasco

En estos días se cumplen aniversarios de dos notables figuras del Batllismo histórico: Luis Batlle Berres y Luis Hierro Gambardella.

Escribía don Luis Hierro Gambardella:

“Fue en ese enero de 1937 cuando conocí a Luis Batlle. Subíamos una tarde la gran escalera de la Casa del Partido, situada todavía en una casona de 18 y Médanos, que ya no existe, cuando en su rellano apareció el personaje. En plena primera madurez, pues no tenía aún 40 años, vestido con un traje gris, su rostro transmitía aquella cordial firmeza que siempre lo caracterizó. Alto, atlético, de su persona emergía un fluido de pureza y serenidad. Era, como se sabe, apuesto y un tanto arrogante. Un cierto toque de bohemia le daba más atracción a su persona”.

Con esta preciosa descripción se unían las formidables vidas políticas de Luis Batlle y Luis Hierro Gambardella.

Ya habían compartido la oposición a Terra. Los dos apoyaban el lado republicano de la Guerra Civil española.

El 9 de abril de 1949 se reunió en el Ateneo de Montevideo la Junta Interamericana de defensa de la Democracia, con sede en el Uruguay.

Concurrieron figuras como Juan Andrés Ramírez, Alfredo Palacios, Gustavo Gallinal, Emilio Frugoni, Ernesto Sanmartino, Eduardo Rodríguez Larreta, Dardo Regules, etc.

Se recibieron mensajes de Vaz Ferreira, Rómulo Bentancourt Rómulo Gallegos.

Cuando nadie lo esperaba, se hizo presente el propio Presidente de la República, don Luis Batlle, quien hizo uso de la palabra, para luego retirarse.

Don Luis definió los beneficios de las instituciones libres. Esto llevó a que Palacios y Sanmartino dijeran en una entrevista, “no es por azar que nos hemos reunido en el Uruguay. Es un oasis de democracia en medio de un mar de dictaduras”.

Ambos eran espíritus libres, republicanos, liberales. Don Luis fue a Estados Unidos en el año 1955 a defender el trabajo uruguayo.

Hierro sobrevivió a don Luis. Pertenecían a generaciones distintas. En ese tiempo nefasto que le tocó vivir a Hierro, sin dudarlo un instante, siempre estuvo del lado de la defensa de las Instituciones, ya fuese con el surgimiento de la guerrilla, ya fuese con la dictadura o ya fuese con El Cambio en Paz que le permitió al país recuperar su democracia.

Sus discursos o artículos revelaban una profunda cultura, una pluma brillante a las órdenes de la poesía o de la política.

Tengo un recuerdo personal muy vago de don Luis Batlle. Mi padre tenía una enorme admiración por él, tanto que al fallecer (15 de julio de 1964) me llevó a la Casa del partido, donde velaban los restos del gran líder. La salida del féretro hacia el Cementerio es uno de los hechos que más me han marcado: hombres y mujeres llorando, al grito de ¡Batlle!, ¡Batlle!, gente de todas las clases sociales.

Con Hierro fue distinto. Lo conocí mucho y durante bastante tiempo. Nunca ponía un obstáculo generacional, debatíamos mano a mano, yo aprendiendo siempre algo nuevo. Hoy hace 28 años de su fallecimiento, un vacío grande y difícil de llenar.

A don Luis Batlle y a Luis Hierro Gambardella los unió el amor a la libertad, a la República, a la tolerancia, a la democracia. Es poco lo que puedo decir en pocas carillas: ¡eso sí, eran hombres de otro tiempo!
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.