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Al fin agarramos un tren

Por Eduardo Pacífico

Uruguay no puede seguir encerrándose

El tren arranco 20 años atrás con el comienzo de las negociaciones entre la UE y el MERCOSUR, y la noticia es que, en esta oportunidad, subidos al vagón regional no lo dejamos pasar en una de sus paradas más importantes, pero aún resta un camino sinuoso por recorrer.

Se trata sin duda de una noticia para festejar, aunque no por ser un tratado de liberación de comercio es bueno de por sí, sino supone duras negociaciones atendiendo la sensibilidad de los distintos sectores de la economía y la producción de los Estados partes del mismo.

¿Porque entendemos que puede ser una buena noticia?

La UE tiene una superficie de 4 millones de km² y una población de 508 millones de habitantes, con alto poder adquisitivo, lo que lo hace muy atractivo para cualquiera. Tener un acuerdo de esta naturaleza con la UE posiciona al Mercosur en otro nivel de jerarquía dentro de los jugadores del mundo al estar negociando liberar el comercio con quien representa el 30% del PBI mundial.

Cuando esté efectivamente operativo, representará una oportunidad muy grande para productores y comerciantes de ambas partes. Asimismo, lejos de poner en riesgo algunos sectores, deberá obligar a los productores, industriales y comerciantes a adaptarse a la nueva realidad, adecuándose e invirtiendo para ser competitivos en el nuevo escenario.

Este acuerdo dará institucionalidad al comercio cuando efectivamente entre en vigencia, eso sí, luego de recorrer las formalidades necesarias para ello que implicará pasar por los 23 parlamentos europeos y los 4 del Mercosur, que al decir del canciller argentino Jorge Furie, será en aproximadamente un año y medio.

Tampoco entrará a regir de la noche a la mañana para todos los productos producidos en ambas regiones, sino que se establecerá un programa de desgravación progresiva de los aranceles, que en algún caso puede ser de hasta 15 años.

Como todo tratado o convención entre dos partes, esto supondrá reciprocas concesiones y supondrá un listado de productos de alta sensibilidad que seguramente quedarán por fuera del acuerdo. Y he ahí la labor de los negociadores que deberán atender las necesidades de sus compatriotas sin olvidar el fin último, que es el de liberar de pesados aranceles para acceder a sus mercados.

Imagine que usted quiere vender su producto en un supermercado de grandes dimensiones, y para poder hacerlo tiene que pagar el 5%, 10% o hasta el 35% del valor de su producto: ¿podrá competir con el de la góndola de enfrente que entró sin pagar un peso?

Para llegar a un acuerdo con la UE, el Mercosur aceptó abrir sus puertas a la industria europea, principalmente a sus automóviles, pero también a los productos químicos y farmacéuticos, así como a sus licitaciones.

No obstante, la UE concedió fuertes contrapartidas en el sector agrícola, pues facilitará el acceso a su mercado a cuatro países ávidos de vender azúcar, etanol, aves de corral y carne de res.

No tanto para Uruguay que tiene una industria muy menor en el sector automotriz, pero si para Brasil y Argentina será un gran desafío proteger sus industrias. Sin ir más lejos, el canciller Furie comentaba que un producto de alta sensibilidad para Argentina es la caja de cambios que ahí producen; pues bien, esta tendrá 15 años de protección y también de adaptación; si en 15 años no logró ser competitivo, bueno, ahí hay otro problema.

No hay que ser ingenuos tampoco, reconociendo que es esperable un fuerte lobby y muchas gestiones de los sectores europeos que se sientan amenazados como lo será el sector agrícola o por ejemplo los productores de vino o lácteos y sus derivados por citar algún ejemplo. De hecho, ya Francia ha manifestado reclamos antes de ratificar el acuerdo según expresiones de su portavoz Sibeth Ndiaye, en lo relativo al respeto integral del acuerdo de Paris sobre el clima (dirigido claramente Brasil por la desforestación del Amazonas), también otras normas ambientales y sanitarias y por último, como señalamos la protección del sector agrícola.

Estamos transitando una etapa de la historia de la economía mundial que se está alejando del liberalismo con grandes líderes netamente proteccionistas. Pero he ahí la inteligencia negociadora de nuestro bloque impulsado principalmente por el gobierno de Argentina (que actualmente preside el Mercosur) que reconoce y aprovecha la circunstancia de que la UE tiene que cerrar acuerdos comerciales para competir en este aspecto con dos potencias como lo son EEUU y China; y, por último, el desafío que implica el Brexit con un Reino Unido pronto para cerrar una serie de acuerdos para cuando se escinda definitivamente del bloque europeo.

Ojalá se trate de una nueva etapa del funcionamiento del Mercosur y de Uruguay como miembro, que signifique apertura de mercados para nuestros productos.

Es una oportunidad que no se dejará pasar como otros trenes de oportunidades que no tomamos.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.