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Un nuevo país

Por Luis Hierro López

El acuerdo estratégico entre Mercosur y la Unión Europea, cuya instrumentación concreta será lenta y compleja, abre oportunidades y desafíos que Uruguay tiene que potenciar. El mundo se mueve y nuestro país, lentón como siempre, tiene que aprovechar la oportunidad. Las novedades que vienen de afuera coinciden con los cambios políticos que por acá se avecinan. Podemos imaginar y empezar a construir un nuevo país.

Las elecciones internas de los partidos fueron coincidentes con el anuncio del acuerdo comercial y estratégico entre Mercosur y la Unión Europea, concebido y negociado desde hace más de veinte años. La coincidencia me hace pensar que atravesamos, quizás sin darnos cuenta del todo, tiempos de profundos cambios, tanto en nuestro escenario político como en la proyección del país a nuevas etapas que serán muy trascendentes.

El acuerdo con Europa fue concebido e iniciado por los gobiernos del Partido Colorado hace décadas, para darle al Mercosur la vocación aperturista que debió tener siempre –y que perdió en los últimos años de la mano de los amiguismos populistas de la región– y para que nuestro país tuviera un escenario más amplio y, si bien más exigente, también más promisorio. De ahí que vemos con esperanza que se pueda concretar un camino que ha sido lento pero que va en la dirección correcta.

Ya sabemos que los acuerdos de esta índole ofrecen posibilidades y riesgos sectoriales. Pero en todo caso, para un país cuya economía está estancada o en caída, que sin ser UPM 2 no tiene ningún proyecto en serio y que ve con desaliento el crecimiento del desempleo, el sacudón puede significar una oportunidad interesante. Es una instancia que nos obligará a cambiar y a modernizarnos en serio, abandonando los proteccionismos y paternalismos que caracterizan a nuestra mentalidad.

El secretario general de la central obrera, Marcelo Abdala, adelantó ya sus reparos a ese tipo de acuerdo y si tenemos en cuenta los antecedentes, parece claro que el Frente Amplio y el Pit-Cnt van a terminar oponiéndose, aunque el cuco de Estados Unidos no esté en el medio. Europa es mas “políticamente correcta”, pero la izquierda radical, que es la que predomina en el Frente Amplio, tiene una genérica aversión a lo que viene de afuera, imponiendo novedades. Los “progresistas” se han convertido en acérrimos conservadores que se dedican únicamente a defender sus porciones de poder.

El acuerdo con Europa coincide además con la conclusión lastimosa de los períodos populistas en el cono sur, sobre todo a partir de los procesos de corrupción que vivieron los gobiernos de los Kirchner en Argentina y de Lula en Brasil. Esos gobiernos impulsaron un proyecto ideologizado del Mercosur, encerrado y ombliguista, que terminó en el estancamiento y en la decadencia. El acuerdo con Europa funcionará ahora como un sistema de alertas: el Mercosur deberá despertar y si no aprovecha la circunstancia para actualizarse, agonizará definitivamente.

Quiere decir que vienen nuevos tiempos. Tanto en el panorama político interno como en el escenario internacional, hay posibilidades de cambio y de renovación. Debemos aprovechar ese viento.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.