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Entre omisiones, falsificaciones o, ¿mentiras?
 La Presidencia de la República sigue entreverada con la firma de documentos claves
Poco tiempo atrás, el senador Larrañaga, solicitó se le concediera la cadena de Radio y TV, para explicar a la ciudadanía el proyecto de reforma constitucional que, bajo el nombre de “Vivir sin Miedo”, organizara y que obtuviera las firmas necesarias para ser sometida a plebiscito en las elecciones nacionales del próximo mes de octubre.
El pasado 20 de junio, en comunicación oficial de la presidencia de la República dirigida: “A La presidenta de la Comisión por Plebiscito Vivir Sin miedo”, firmada por el presidente Tabaré Vázquez, se establece en su párrafo final ”...se dispondrá el uso del espacio de la cadena oficial el primer día hábil posterior a las elecciones internas que tendrán lugar el último domingo del presente mes”.
Sin embargo, el pasado 30 de junio, luego de votar en las elecciones internas, el presidente, consultado al respecto por los medios que lo aguardaban en su circuito electoral respondió: “Yo todavía no he redactado ni firmado ninguna resolución al respecto”.
Y todo es muy grave porque además se reitera una situación por lo menos confusa, relacionada con el informe del Tribunal de Honor, que involucraba al teniente coronel (r) José Gavazzo, donde consta la admisión , por parte de Gavazzo, de que en marzo de 1973, arrojó al Rio Negro el cadáver de Roberto Gomensoro. Confesión sobre la que no se tomó ninguna resolución, hasta que las actas del Tribunal de Honor tomaron estado público, a raíz de una investigación periodística. Como consecuencia de la misma, a principios del pasado mes de abril, el mandatario relató, también públicamente, que firma unos 50 expedientes por día y que no tuvo conocimiento de que, el relacionando al caso Gomensoro, contuviera la admisión de Gavazzo de que había arrojado el cadáver al Rio Negro.
Va de suyo, que quienes deben advertir al presidente del contenido de los expedientes que llevan para su firma son, el secretario o el pro secretario de la presidencia. Corre por cuenta del presidente, si debe o no tomar una decisión -si estima que existió omisión- o aún a la propia sensibilidad de los responsables.
En definitiva, en el último caso, se estaría frente a una omisión administrativa o inadvertida por su personal de máxima confianza, pero en lo relacionado a la concesión de la cadena de Radio y TV, cuando el presidente afirma públicamente que no redactó ni firmó nada y existe un documento membretado y firmado, con su sello y nombre, se estaría no ya frente a una omisión administrativa, sino de una posible falsificación de su firma, hecho gravísimo si así fuera, lo que a todas luces amerita la intervención de la justicia, por lo que, no deja de llamar la atención que, hasta el momento, ningún fiscal, haya intervenido.
Porque no es admisible, siquiera pensar, que en la presidencia de la República, alguien miente. |
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