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La “uberización” de las cabezas

Por Luis Hierro López

El rechazo de los taxistas a Uber y a las demás aplicaciones del transporte, al que se sumó el empresario de Cutcsa Juan Salgado, es similar a lo que ocurre en otras ciudades del mundo. Son expresiones corporativas que no defienden el interés general, el de los usuarios.

Los taxistas coparon la ciudad vieja, días atrás, protestando contra el anuncio de la Intendencia de Montevideo de ampliar el listado de choferes habilitados para prestar servicios a través de las aplicaciones. Se cortó el tránsito, hubo paro de los taxistas, se entorpeció la vida de la ciudad y los militantes ingresaron al local de la Junta Departamental en forma iracunda y ruidosa. La manifestación estuvo caracterizada por eslóganes del tipo “Hay que echar a Uber”, “No a la uberización de la economía” y “No a la pérdida de fuentes de trabajo”.

Las proclamas del Suatt, el Sindicado Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas, mostraron de entrada una enorme debilidad, porque según la información dada por los interesados – http://radiouruguay.uy/trabajadores-del-taxi-se-movilizaron-contra-uber-en-la-junta-de-montevideo/ - el ingreso de Uber al mercado del transporte le significó a los taxistas la pérdida de 1000 puestos de trabajo, aunque reconocen que las aplicaciones generaron la creación de 4.800 empleos por su lado.

Igualmente impropias resultaron las declaraciones del señor Salgado, - www.subrayado.com.uy/taxistas-bloquean-varias-calles-la-ciudad-vieja-protesta-contra-uber-n529795 -quien, sin justificación aparente, se lanzó contra Uber, descalificándola. En vez de dedicarse a mejorar los servicios de los ómnibus, el señor Salgado se sintió autorizado a sentenciar una crítica muy dura contra su competencia.

El asunto de fondo es otro. Ni las intendencias ni los gobiernos, ni los monopolios o los sindicatos, van a poder luchar contra las tecnologías, que por suerte invaden nuestras vidas, muchas veces para ofrecer mejores servicios y oportunidades. Si la administración cree que podrá regular o prohibir las aplicaciones de cualquier índole, eso es demostrativo de un nivel de incomprensión francamente preocupante respecto a la revolución tecnológica. Si bien internet en algunos aspectos interfiere en la vida diaria, en muchos casos contribuye a que los consumidores sean más independientes y compren los servicios o productos directamente, sin intermediarios, sin regulaciones del Estado, sin burocracias o corporaciones intermedias.

En segundo término: los servicios públicos de transporte no fueron concebidos ni se justifican para garantizar el trabajo de los obreros del taxi ni las ganancias de los empresarios, sino para satisfacer las necesidades de la población, la que, sin duda, se ve beneficiada cuando se terminan los monopolios y hay más ofertas. El día que se termine el casi monopolio de Cutcsa tendremos mejores servicios de ómnibus y la competencia en los taxis –que eso es Uber, en definitiva– beneficia a las personas, que disponen de mejores precios, autos más cómodos y limpios, movilidad a toda hora.

Al contrario de lo que sostiene el Suatt, no sólo hay que “uberizar” la economía, sino especialmente las mentalidades.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.