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Los Mártires de Quinteros, ayer y hoy
Por Fátima Barrutta
Los tiempos y las circunstancias, los hechos, como los momentos históricos se parecen de una manera extraordinaria.
Recordar la Masacre de Quinteros producida aquel 2 de febrero de 1858, en el Paso del cual toma su nombre, es recodar como se produjeron los hechos y sus aniquilaciones, es respetar su memoria, el sacrificio vivido, es valorar la libertad y es no olvidar la “responsabilidad compartida”.
La mirada que nos interpela rescata la verdadera dimensión en resguardo de la libertad y la democracia y defenderla con la ley y la razón nuestro deber.
El recuerdo entonces, nos congrega, nos moviliza, y nos pone en marcha y adelante retemplando convicciones.
Aquella "Política de Pactos" buscaba el entendimiento a través de acuerdos entre los partidos en disputa sin renegar de sus divisas.
Con el mismo convencimiento que tenían esos, nuestros hombres, nosotros hoy 161 años después exclamamos las mismas palabras que dijera el General César Díaz, instantes antes de caer abatido por el plomo; “Compañeros, ¡salvad la Patria!”
Salvad la patria del adoctrinamiento, la incompetencia, la corrupción y el mantenimiento del statu quo.
Por eso queridos compañeros y correligionarios, es que hoy hablemos de generar una alternativa con un Gobierno de coalición, a semejanza de por lo que luchaban nuestros héroes, no es hablar en desmedro de nuestra identidad histórica y doctrinaria; Es salvaguardar en el valor de la memoria, el respeto en defensa de la libertad y el derecho que se proyecta hacia el porvenir una con mirada auténticamente humanista y justiciera. |
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