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Un modelo equivocado

Por José Arias

Vigente desde hace once años, el Sistema Nacional integrado de Salud, no escapa a esta especie de moda de creación de sistemas nacionales, que también se aplica a otras actividades del Estado uruguayo, en esa fiebre colectivista e igualadora (con el rasero, hacia abajo) que estamos padeciendo.

Vamos a analizar este proceso de socialización de la medicina en Uruguay, un mecanismo muy complejo con una trama institucional por demás extendida: Ministerio de Salud Pública, ASSE, Hospitales, Instituciones de asistencia médica colectiva (IAMC), más conocidas como mutualistas, Seguros privados, Universidad de la República, FONASA, SMU, agremiaciones de funcionarios públicos y privados. Médicos, otros profesionales como ser químicos farmacéuticos, contadores, economistas; administradores de salud, personal calificado, usuarios.

¿Ha fracasado el SNIS?

Si, ha fracasado, como han fracasado todos los intentos de socialización de la medicina en todo el mundo. Las variantes “Bismark” y “Beveridge” de sistemas socializados o de alta regulación estatal, han fracasado en todos los países donde se los intentó aplicar. Cuando hablamos de “SNIS” no hablamos de otra cosa que de la socialización de la medicina como objetivo final del sistema uruguayo, en una adaptación diseñada por Daniel Olesker. La vieja idea de la medicina socializada nació en el siglo XIX, aplicada paradigmáticamente por Inglaterra en la década de 1950, por Canadá posteriormente y, obviamente, por los países de influencia soviética. Estos sistemas en sus diferentes variantes llevaron al estancamiento científico y médico, la “fuga de cerebros”, el encarecimiento de los costos, la restricción de la oferta sanitaria y un aumento de la desigualdad en la atención deteriorando los niveles de asistencia precisamente de los sectores más vulnerables. Los largos tiempos de espera para especialistas o procedimientos (que ya vemos en Uruguay) son un sello la burocracia de la medicina socializada. El informe Acheson inglés de 1980 fue contundente respecto del aumento de la desigualdad en la atención en el NHS, y esto fue ratificado en 1998 en el llamado “informe blanco”. Todos los países que han experimentado estas transformaciones están de vuelta y han ido progresivamente a mayores niveles de iniciativa privada, fomento de la competencia y libertad de organización social para la provisión de asistencia en salud.

En futuras entregas, seguiremos profundizando en el análisis y diagnóstico.?
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.