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Tiempo de excesos

La politización de los sindicatos y la radicalización de sus dirigentes le hacen daño al país.

En las últimas semanas se han registrado varias expresiones de dirigentes sindicales que muestran otra vez la faceta más negativa de los voceros de la central obrera.

Con motivo del paro parcial realizado días atrás, en vez de dirigir sus baterías contra el gobierno, varios de los oradores la emprendieron contra los empresarios y contra los partidos de la oposición, en una postura claramente política que termina desprestigiando a dirigentes que tendrían que ocuparse únicamente de los temas del trabajo. Nada menos que una de las vicepresidentes del PIT-CNT, Soraya Larrosa, expresó en el acto que el Partido Nacional y el Partido Colorado son “representantes de las clases dominantes” y alertó que los dirigentes de esos partidos “dicen que los Consejos de Salarios no sirven, que deberíamos ir a negociaciones por empresa”. “Todo eso está en peligro”, “nos van a venir a sacar todo a todos”, agregó. La expresión representa una falacia histórica y una grosera e injustificada agresión política, ya que los partidos uruguayos son precisamente policlasistas y particularmente el Batllismo ha representado, siempre y de la mejor forma posible, el interés de los trabajadores, al punto que precisamente los Consejos de Salarios existen porque una ley de típico cuño batllista los promovió, en 1943, dato que quizás la oradora ignore. Es muy posible que la Vicepresidente del Pit-Cnt crea, con esa tentación fundacional que el Frente Amplio ha promovido, que los Consejos de Salarios se inventaron en 2005. Sería oportuno que la señora Larrosa lea algo de historia para que se entere cómo surgió la legislación obrera en el país y cuál es el partido político que más ha hecho para impulsar los derechos de los trabajadores. En segundo lugar y en lo que refiere al Partido Colorado, nadie ha hablado de desconocer los derechos de los trabajadores, sino de evitar los excesos, como lo es, por ejemplo, la ocupación de los lugares de trabajo como “una extensión del derecho de huelga”, lo que nunca fue reconocido por la OIT y que se trata, efectivamente, de un desborde que —entre otras cosas— atenta contra el derecho al trabajo.

Por otro lado, y para justificar la creciente tendencia de algunos sindicatos a manejar las empresas en sustitución de los empresarios, Milton Castellanos, director del Instituto Cuesta Duarte, declaró a “Búsqueda” que los dueños de las empresas no pueden mandar en ellas, dado que las empresas son “un bien social” y, por lo tanto, el patrón no tiene derecho a decidir sus criterios de trabajo. La frase del dirigente es muy elocuente: “La empresa es un bien social, no es solo un bien privado del patrón. Es un bien social que marca la forma en que la sociedad se organiza. Aunque se le da al patrón la propiedad de los bienes, no es solo eso. Tiene un fin social”. Es decir, el empresario, que es el que invierte y arriesga, no puede disponer cómo se trabaja o produce. Socialismo a rajatabla.

Mientras tanto, los paros más inverosímiles se siguen acumulando, en AFE y en todos lados, con consecuencias negativas concretas.

La multinacional coreana Hiunday está demandando a UTE por U$S 332 millones en razón de los atrasos en la obra de la central de ciclo combinado por, entre otros factores, los paros dispuestos por el SUNCA que supusieron decenas de días de retrasos.

AFE, a través de la operadora SELF, quedó relegada del negocio del transporte de celulosa de la segunda planta de UPM. Es obvio que los paros sorpresivos dispuestos incluso cuando los técnicos finlandeses pretendían recorrer las vías, influyó decisivamente.

El pasado sábado 29, las gremiales lecheras se lamentaban, mediante un comunicado, por la importación de 300.000 litros de leche larga vida desde Brasil. Denunciaban este hecho como lamentable secuela de la caída de varias empresas del rubro, pero fundamentalmente por el sistemático ataque sindical contra la actividad industrial de CONAPROLE y, finalmente, la angustiosa realidad de la producción primaria. Denuncia que evidencia de forma contundente del desmembramiento de la producción nacional. En uno de los rubros en los que solíamos ser muy competitivos, la producción de leche a campo, el mercado lleva a que empresas multinacionales importen leche como forma más rentable para abastecer el consumo interno. Si no somos capaces de producir a precios razonables para auto abastecernos, ¿cómo producir para exportar, donde median fletes, aranceles y otros muchos costos adicionales?

De esos temas, que son los cruciales para el país —y precisamente para los trabajadores— la central obrera no habla. Sus dirigentes integran una élite acomodada que sólo se dedica a mantener sus privilegios y a defender al Frente Amplio, olvidándose de los trabajadores a quienes representan. No hubo en el acto una sola referencia a las decenas de empresas cerradas y fundidas, a la pérdida de más de 50. 000 puestos de trabajo en el último año, a la situación económica del país, cada vez con más déficit, más deuda externa y más presión impositiva. De eso no hablan los dirigentes del PIT-CNT, pero tienen tiempo de subirse a la campaña electoral para repetir las mentiras que el Frente Amplio tira al vuelo.

Lastimoso papel de estos uruguayos que le hacen daño al movimiento sindical y al país.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.