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Chorizo de rueda vs inocuidad alimentaria
 Un proyecto de ley atenta contra el prestigio sanitario del país
Nuestro país ha demostrado cumplir con rigurosidad una política de Estado en lo que tiene que ver con la Sanidad Animal e inocuidad alimentaria. Estamos siendo auditados permanentemente desde el exterior en todo lo que tiene que ver con la inocuidad alimentaria de la industria procesadora de alimentos de origen animal. Somos esencialmente exportadores de carne, definición de un producto que no existe como tal sino en la infinidad de cortes y presentaciones que son exportados por nuestros frigoríficos. Por lo tanto es asunto estratégico y muy sensible todo lo que atañe a la inocuidad alimentaria de los muchos productos ofrecidos por la industria frigorífica a partir de la res animal (cualquiera sea la especie, bovinos, ovinos, suinos o aves).
Insólitamente, por iniciativa del diputado Fratti, seguramente obedeciendo a un mandato de su mentor el ex Presidente y ex Senador José Mujica, se presentó al Parlamento un proyecto de ley para autorizar a las carnicerías del interior del país la elaboración de chorizos artesanales para la venta al público. Se justifican en que la medida permitirá utilizar los recortes que se obtienen luego del troceo y desosado de la carne ovina, bovina y suina que reciben estas carnicerías. Finalmente se comete a INAC la función de control, la que por cierto no le compete en su actual marco institucional.
Este proyecto de ley, insólitamente votado por unanimidad en la Cámara de Representantes, colida con las rigurosas exigencias que toda actividad de producción de alimentos debe tener. Es un tiro en los pies a todas las políticas, exigencias y controles que rigen esta actividad y que repercute en nuestra imagen frente a los mercados externos. Imagen que nos ha hecho creíbles y confiables en la exportación de alimentos. Es un “viva la pepa” autorizando una actividad absolutamente marginal, no permitida por los riesgos que implica para la salud humana. Es además un aliciente para otras actividades ilícitas como el abigeato, el que tanto preocupa combatir.
Resulta insólito que lo políticamente correcto, queriendo quedar bien con los carniceros de campaña, ponga en riesgo el status sanitario y la inocuidad alimentaria (reflejo de lo primero) en nuestro país. Pero todo sirve si de ganar algunos votitos se trata. |
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