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Comercio exterior en riesgo

Por Santiago Torres

La política de encierro mercosuriano sólo ha redundado en un debilitamiento de nuestra capacidad de exportación en términos ventajosos, perdiendo ante poderosos competidores directos que no le tienen miedo al mundo.

Días pasados llegó a mis manos (en rigor, a mi pantalla) un artículo sobre comercio exterior realizado por Agustín Iturralde y Ramiro Correa, quienes son los responsables de la elaboración del Índice de Vulnerabilidad Comercial (IVC) del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), un think tank local. El IVC fue presentado el pasado 24 de julio en la Universidad ORT.

El IVC —explica el artículo— toma como criterio de evaluación el porcentaje de exportaciones realizadas por un país bajo algún régimen de preferencias comerciales. Un país que llevara a cabo el 100% de sus exportaciones con algún tipo de preferencias, tendría un IVC de 0; si, por el contrario, ninguna de sus exportaciones se realizara con preferencias comerciales, el IVC llegaría a los 100 puntos.

A partir de allí, los autores cotejan la evolución del IVC de Argentina y Uruguay contra el IVC de Chile, Australia y Nueva Zelanda (los dos últimos, fuerte competidores de los rioplatenses en los principales commodities), tomando el período 2006 – 2017. Como se advierte en el gráfico, en tanto Chile, Australia y Nueva Zelanda han reducido significativamente su vulnerabilidad comercial, los rioplatenses no han mejorado su acceso a los mercados. Australia y Nueva Zelanda, incluso, partiendo de posiciones peores que las de los rioplatenses.

Ello es revelador, como expresa el artículo, de dos estrategias contrapuestas: la de Chile, Australia y Nueva Zelanda, audaz, de apertura al mundo; la rioplatense, timorata, parapetada detrás del muro del MERCOSUR.

El artículo presenta un ejemplo significativo de qué significan una y otra estrategia: “La carne uruguaya paga entre 15% y 20% de arancel para ingresar al mercado chino, mientras que Nueva Zelanda no paga básicamente nada. En un contexto de cambio de precios es perfectamente posible que nuestras exportaciones dejen de ser rentables y se pierdan mercados contra competidores que sí tienen preferencia. Es ahí donde está la más clara vulnerabilidad”.

La política de encierro objetivo —más allá de discursos que proclaman lo contrario— no sólo nos deja en desventaja ante nuestros competidores comerciales. En el mercado de destino de inversiones, Uruguay queda completamente descartado para aquellas dirigidas a la producción de bienes: además de que sus costos internos son impresentables, generando graves problemas de competitividad, el país no puede ofrecer ventajas significativas en materia de acceso a mercados internacionales.

Es claro, pues, que en la medida que nuestros competidores ganen mayores y mejores espacios, nosotros vamos retrocediendo y empeorando en idéntica medida. Quedarse quieto es, en realidad, ir para atrás.

Si el TLC con Chile, que “no mueve la aguja” (Mujica dixit), fue un parto de los montes por los trancazos surgidos del propio oficialismo, es imposible imaginar que mientras el Frente Amplio gobierne mejore sustantivamente la inserción internacional del país. Antes bien, todo lo contrario.

Son demasiadas vulnerabilidades las que ha acumulado el país de la era frenteamplista.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.