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Denuncian cientos de viajes de “financista K” a nuestro país.

El periodista argentino Luis Majul informó que un financista vinculado a la familia Kirchner ingresó clandestinamente a Uruguay centenares de veces, mientras un sindicato uruguayo dijo que hay un gran descontrol en las aduanas.

Hace un tiempo, tras el apresamiento del sindicalista argentino Marcelo Balcedo, quien había ingresado a Uruguay en diversas instancias trasladando fortunas, se pudo comprobar que los controles en Uruguay en materia de migraciones, aduanas y seguridad, son muy frágiles. En aquella ocasión llamó poderosamente la atención que las autoridades no hubieran seguido las pistas de los reiterados viajes del sindicalista, apresado posteriormente acá ante un pedido de la Justicia argentina, pero sin que hubiera sido investigado previamente por sus sospechosas actividades en nuestro país.

La misma sensación de indefensión debe correr ahora, cuando nos enteramos de que Ernesto Clarens, uno de los financistas vinculados a la formidable red de corrupción montada por la familia Kirchner, viajo 164 veces a Uruguay, ingresando por barco y volviendo en aviones de línea. El periodista Luis Majul hizo un detallado informe en el que demostró que las frecuencias de los traslados coincidieron en general con el período indicado en “los cuadernos de las coimas”, durante el cual se hizo la recaudación paralela e ilegal, cuya trama conmueve ahora al país vecino.

Esos movimientos no generaron ninguna reacción de las autoridades de aduanas, de migración o de “antilavados” y, que se sepa, no hubo ningún seguimiento de los cuerpos de inteligencia.

El asunto cobra mayor entidad si se tiene en cuenta que el sindicato de los aduaneros denunció que en muchos puntos de ingreso al país no hay controles de ninguna índole durante varias horas. El secretario general de la Asociación de Funcionarios Aduaneros, Basilio Pintos. dijo que desde el año 2011 se viene comprobando la falta de controles aduaneros en algunos puntos, por ejemplo en aeropuerto de Melilla.

Según dijo, en el aeropuerto de Melilla “hay funcionarios hasta las siete de la tarde. Después de las siete de la tarde no sabemos qué pasa”. “Se pueden haber dado vuelos irregulares sin ningún tipo de control”, denunció en referencia a la ruta del dinero K. Lo mismo ocurre con aeropuertos y puertos del litoral. Majul explicó que el financista Clarens ingresaba a Uruguay tras atravesar en barco el río Uruguay, desembarcando en un muelle privado.

El asunto es muy preocupante, sobre todo en circunstancias en que el propio presidente de la Junta Anticorrupción señala que nuestro país no es ajeno a los fenómenos de corrupción que agitan el continente. En diversas circunstancias se ha señalado el curioso caso de la avioneta de Alur, que entre 2013 y 2014 viajó sin motivos aparente entre Montevideo y Buenos Aires en 42 oportunidades, algunas de las cuales en torno a las 4 de la madrugada. Además de que uno de esos viajes estuvo destinado, inexplicablemente, al traslado del exministro kirchnerista Axel Kicillof, es comprensible que, en ese marco, prospere la sospecha de que esos vuelos pueden haber estado vinculados al traslado de los “valijeros” con sus bolsos mal habidos, según lo que sugiere el libro sobre Sendic de las periodistas Patricia Madrid y Viviana Ruggiero.

La Fiscalía abrió acá –muy tardíamente– una investigación, pero es muy difícil que ahora pueda reconstruirse una actividad aparentemente delictiva que ocurrió hace muchos años. Las autoridades estuvieron omisas en su momento y lo que se haga ahora tiene todas las características de un maquillaje.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.