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La cuestión es el empleo

El descenso en la tasa de actividad y el “congelamiento” de la tasa de desempleo, dan cuenta de un mercado de trabajo seriamente afectado, que ha perdido alrededor de 50.000 empleos en los últimos cuatro años.

Se sigue hablando de Consejos de Salarios, pero menos se habla de empleo y hoy el problema es justamente éste. Desde enero de 2018 la tasa de desempleo no baja del 8%. Al mismo tiempo bajó la tasa de actividad, que es la que mide la cantidad de gente que busca trabajo. De no haber sido por esta caída, el desempleo hubiera estado en el 10,8%, lo que supone 192 mil personas. Esta es la realidad actual del desempleo en nuestro país.

Paralelamente el salario real también ha variado para quienes mantienen su trabajo. Porque si este salario, que es el nominal descontada la inflación, subió en los dos años pasados, no es así en estos últimos doce meses. O sea que el salario se ha estancado.

¿Cuál es el problema? La competitividad del país y la incertidumbre creada por el déficit fiscal, que alcanza un 4% y amenaza nuestro crédito internacional.

Ahora bien, la competitividad depende de muchos factores. Uno es el llamado atraso cambiario, porque se estima que entre enero de 2010 y mayo de 2018 el tipo de cambio real efectivo cayó un 29%. El Ministro Astori insiste en que no hay atraso y el Presidente del Banco Central afirma que el dólar sigue la tendencia del mundo. Sin embargo, no es así, porque el dólar hoy está refortalecido y en los meses que había bajado su cotización, lo hacía a una tasa mucho menor que la caída interna.

El tema nos lleva nuevamente al exceso de gasto público, que se ha financiado con ingreso de capitales externos (léase, endeudamiento público). Esta abundancia de dólares deprime su precio. A lo que debemos sumarle el aumento de los bienes y servicios no transables (los que no se exportan) por encima del resto, que eleva muy significativamente ese atraso cambiario. Dicho de un modo más sencillo, la mutualista o la construcción aumentan más que el dólar, devaluándolo.

Todo esto es la consecuencia de los chistes financieros. Los U$S 800 millones de Sendic o el costoso arreglo de los cincuentones o todas las “velitas al socialismo” para mantener empresas fundidas, están en la base de lo que tristemente nos ocurre.

A lo que no puede dejar de adosársele la caída de la Enseñanza, que aleja a muchos jóvenes de empleos con cierta calidad; y el costo fantástico de la rigidez laboral y los constantes paros. ¿No se advierte lo que le están costando a Conaprole los paros? Son millones de dólares, en una industria que exporta el 70% de la leche que recibe y con la que tiene que competir en el mundo con potencias en la materia y que manejan ofertas más competitivas.

El PIT CNT debiera pensar, justamente, que hoy lo que tiene en juego es el empleo y que, si no mira la cuestión con otra perspectiva, los trabajadores, que ya están sufriendo esa amenaza, estarán mucho peor.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.